miércoles, 28 de febrero de 2007

UN ESTUDIO SOBRE LAS PALABRAS "TRUCO" Y "DROGA"


Elena Pezzi

1. - INTRODUCCIÓN
Aunque, aparentemente, estas dos voces que pretendemos estudiar, truco y droga, parecen no tener nada en común, sin embargo, si observamos despacio la constitución de su fonética, tan semejante, y analizamos despacio su semántica, podemos llegar a la conclusión de que ambas palabras no son sino dos variantes de un mismo étimo, evolucionadas a través de distintos conductos, sufriendo, junto al cambio de las consonantes sordas por sus correspondientes sonoras, una transformación progresiva de sus significados, matizados en aspectos diferenciados levemente.

A pesar de estas mutaciones, sin embargo, aún podemos hallar en ambos vocablos un sedimento semántico común, el cual podría condensarse en muy pocas palabras: ambos expresan, en abstracto, una idea genérica de `medio a través del cual se consigue el efecto buscado'. En algún caso este medio será una habilidad personal, una maña o un truco, para ejecutar una acción con un método propio o un modo peculiar; en otros casos, el procedimiento seguido será el empleo de un producto determinado, de una droga, que nos facilite su consecución.

Ambas voces, en síntesis, nos llevan a una idea común de `cambio', de `permuta de una cosa por otra', bien sea materialmente en un objeto o psicológicamente en un individuo, trastocando de hecho o de palabra. Así se usa la frase "a la trocada" para dar a entender que hay que interpretar lo que se dice en sentido contrario a lo que ordinariamente se entiende, cambiando una cosa por otra.
Pero, por desgracia, y como consecuencia de la astucia humana, a esta idea de `cambio' o `permuta' irá estrechamente ligado un concepto paralelo de `fraude' y de `engaño'.

2. -LA PALABRA "TRUCO"
Esta voz se encuentra asimilada comúnmente, junto con troque, trueque y trucar, con el verbo trocar[1], existente en varias lenguas europeas, aunque se considera esencialmente como propia del castellano y del portugués; existe desde antiguo en francés (troquer), en gascón antiguo (trucar) y en inglés medio (truckie), pero en todas sus variantes se considera de origen incierto.

La semántica de estas voces está ligada, en general, a la idea de `cambio', de `permuta', pero se encuentran una variedad de matices que es preciso analizar detenidamente, para poder comprender el hecho de que esta pluralidad de derivaciones puede tener un único arranque común.

Bajo la variante trocar se ha conservado una expresión simple de `mudar, variar, alterar algo' o de `dar, tomar, poner una cosa por otra', `mudar un sentimiento o el modo de vida', `permutar un puesto con alguien'; también se dice "trocarse la suerte", "trocarse el color" y, en general, "mudarse o cambiarse enteramente una cosa" o "variar algo en una cosa distinta y frecuentemente opuesta".

Hasta aquí, en estas acepciones, no existe ningún sentido peyorativo en estas acciones, que expresan simplemente un trueque, una `mudanza'. Pero, paralelamente, se ha producido una degradación semántica en la que aparece una nota de mala fe, de 'intencionalidad de dar una cosa por otra con ánimo de fraude, subrepticiamente, con ocultación, haciendo pasar una cosa por otra que no es'.

En nuestra literatura clásica abundan los textos en los que se emplea la palabra trueque (o el verbo trocar, como sinónima de `estafa' o de `engaño', especialmente en el lenguaje del marginalismo de nuestro Siglo de Oro: así "jugar a la trocada" es `robar algo a alguno'. Trocar en germanía es `cambiar el vestido o la capa los ladrones para aparecer de nuevo delante de sus víctimas y no ser reconocidos':

"A un calderero francés, que en el cuello de la capa traia no se que embaraço con el jugué de trocada" [2].

También se llamaba trocar a trascantón al hecho de `vomitar con trampa y sin tener ganas, provocando el vómito'. Así se lee en el "Guzmán de Alfarache":

"Enseñóme a trocar a trascantón, con que hacía dos efectos: lastimaba, creyendo que estaba enfermo, y que, aunque envasase dos ollas de caldo, quedara lugar para más y así se publicase la hambre y miseria de los pobres". (I, III, II) [3].

También se llama truecaborricas `el que cambia y desfigura los animales robados con el fin de poderlos vender sin que sean conocidos' y, por extensión, `el mendigo que, emplea varias trazas y deformaciones fingidas alternativamente', según se lee en el mismo "Guzmán de Alfarache':

"No tenía yo para qué buscar pan de trastrigo ni andar hecho truecaborricas en pueblo corto...". (I, III, V).
Y en Quevedo:
"Lo que conviene es guardarle con cuidado; que anda en Italia mucha gente de a pie que busca bagaje, y cuatreros con botas y espuelas, y el gitano truecaborricas que le ha hurtado otras veces..." [4].

En el "Vocabulario andaluz" de Alcalá Venceslada[5] figura también truco como `equivocación, error:

"Al pagar la cuenta tuvo un truco de tres duros".

Así pues encontramos la idea de trocar también como la de `tergiversar, tomar o decir una cosa por otra' y truco como 'engaño, trampa hecha con habilidad', como se deduce del siguiente texto de J. Grau:

"Gracias a mi conciencia, les devuelvo el truco, y son las espaldas de ellas y no las nuestras las que reciben los azotes" [6].

Por tanto incluye, en consecuencia, la idea de ilusión, de apariencia engañosa hecha con arte, como en los juegos de prestidigitación. Así dice A. Marichalar:

"La moda de esos cuadros con truco no es de entonces únicamente (... ) ; se habla, asimismo, de un paisaje que tenía en su quinta el banquero de Salamanca, que encubría también otro desnudo" [7]

También se emplea el verbo trucar, en cualquier juego de naipes, en el sentido de `hacer trucos', es decir, disponer, marcar las cartas para hacer trampas'. En todo caso, es condición imprescindible, para llevar a cabo el truco y que éste produzca el efecto deseado, que el trucador posea una especial habilidad y una muy depurada técnica en el oficio.

Hemos visto, pues, que "truco" tiene el valor de `ardid' como `trampa', de `procedimiento engañoso para conseguir una cosa'. Se dice de una persona que "tiene un truco" para que no se note su falta, cuando ésta tiene una habilidad extrema para simular que es de otra forma de lo que aparenta. Por ello, "descubrirle a alguien el truco" de que se vale para ciertas cosas es lo que se expresa con la frase "cogerle el truco", que es como decir 'desvelar su secreto profesional', su manera o maña para realizar ciertas cosas. También se emplea el dicho "coger el truco" para expresar el hecho de adquirir la habilidad que otro posee, descubriendo sus artimañas o métodos peculiares, para poder realizar las mismas labores con idéntica perfección'

El truco no es pues solamente una trampa con la que se consigue a veces un efecto maravilloso, como en los juegos de prestidigitación o en los estudios de cine, no es simplemente una treta o un juego de manos, sino que cada artesano habilidoso tiene "su truco", su manera de llevar a cabo su trabajo, de forma que ésta adquiera su mayor perfección y se consiga la obtención de una obra acabada a partir de un material dado, que es el mismo piara otros artesanos, pero que, sabiamente manipulado y transformado por la mano de un buen artífice, se convierte en una obra peculiar personal de aquel que la realizó a su manera, según su habilidad y destreza.

En la lengua ladina se conservaron las voces truko y trueko (así como su diminutivo trukiko), como equivalente a 'trueque' o 'cambio' [8], lo cual demuestra que la variante fonética como truco era ya usual en el castellano del siglo xv. Sin embargo, en Covarrubias [9] figura sólo trueco como cambio que se hace de una cosa por otra' y truco es empleado para designar únicamente un juego parecido al billar actual, definido más detalladamente en el Diccionario de Autoridades como "suerte del juego de los trucos, que consiste en echar la bola del contrario por alguna de las troneras con la propia bola..." [10]; a continuación define el plural "trucos" como "juego de destreza y habilidad que se executa en una mesa dispuesta a este fin... ".

En la lengua de los judeo-españoles de Marruecos o "hakitia" se emplea el participio "trocado" para designar a "alguien que, de repente, quedó como transformado en otro ser, pasando de sano, fuerte y hermoso a un estado totalmente opuesto, lo cual es atribuido a influencias misteriosas o sobrenaturales"[11].

La Real Academia registra otra acepción para "truco" que, al parecer, no tiene ningún punto de contacto con las anteriores, pues se define también como "cencerro grande". En el Vocabulario andaluz, citado anteriormente, se dan más detalles: "cencerro cuya parte más ancha es la superior", y cita el siguiente texto:

"Le puso un truco al borrico liviano".

Podría interpretarse que el origen de su nombre se debiera al hecho de hallarse invertida la posición habitual de un cencerro, estando trocada su disposición normal. Sin embargo, como veremos en el apartado siguiente, creo que éste se debe a la condición de `productor de sonidos', provocados por el golpear del bajado al movimiento del animal. En este sentido su nombre encaja a la perfección dentro de la misma etimología que proponemos para truco, ateniéndonos al estudio semántico que hemos hecho.

Esta explicación puede ser lógica si se tiene en cuenta que truco, como truc, vale también "golpe, choque''[12] y en Aragón trucar es igualmente `golpear, chocar', por lo que se ha podido considerar que es una voz onomotopéyica. En Chile truco es `trompada, golpe fuerte'[13] y en el lenguaje del margingalismo equivale a `puñetazo' [14].

Por último, aún caben otras dos acepciones para, este, vocablo: en Cataluña truc vale también `canto rodado (que el agua hace golpear contra los otros) y cada una de las bolas de madera que se ponen en las redes para que no lleguen del todo al fondo y se ensucien con el cieno [15] . En el primer caso su origen semántico puede estar referido al hecho de 'golpear', al que nos hemos referido anteriormente; en el segundo más bien parece estar motivado por su función de 'arte' o 'artimaña' para que la faena emprendida resulte más correcta.

3. POSIBLE ETIMO ÁRABE DE "TRUCO"

Dada la pluralidad de coincidencias fonéticas y semánticas que se encuentran, creo que el étimo adecuado para la palabra truco podría ser el árabe turq, que, en principio, significa `camino, vía, ruta' y también `manera, modo, costumbre, método seguido para realizar una acción, medio de que puede valerse alguien para conseguir un fin propuesto, procedimiento seguido para alcanzar una meta'; es decir, que equivale exactamente a lo que hemos dicho anteriormente sobre truco en el sentido de "tener un truco" o "valerse de un truco" para conseguir un fin determinado.

Es posible también que la derivación se hubiese producido a partir del plural de la palabra ţarĩq (ţuruq), donde se dan los mismos significados; en este caso, la desaparición de la primera u breve es más favorable para el paso a la forma *ţruq, aunque igualmente pudo haberse producido una metátesis en la anteriormente mencionada ţuruq para conseguir el mismo resultado fonético.

Considero como más probable una etimología a partir de este plural, que se traduciría, pues, como `maneras, modos, métodos, medios, procedimientos'. En el árabe vulgar granadino figura ya con la mutación de la u en o (como en trocar), pero con una doble variante: en unos casos ha desaparecido la 2º u, mientras en otros, por el contrario, se ha reforzado, como si procediera de una ũ larga, haciéndose así la sílaba tónica, más propicia para su ulterior permanencia. En Pedro de Alcalá figuran:

"camino real tariq torq"
"camino comúnmente taríq torq"
"vía camino tariq torq o toróq".

En el árabe vulgar de Marruecos se pronuncia a veces con la misma pérdida de la 1.º vocal breve, pues en el P. Lerchundi se encuentra:

"camino trek o terék"
"el medio para hacer algo trek o terék y trika o terika".

Bajo estas mismas traducciones al árabe incluye los siguientes significados: "Medio. Diligencia o acción conveniente para conseguir una cosa"; "Procedimiento. Método de ejecutar algunas cosas"; "Método, modo de decir o hacer".

En el "Vocabulista" de Raimundo Martí figura igualmente tarĩq como "VIA" y tarĩga como "MODUS y "VIA". En la parte 2.ª, de traducción inversa, entre las muchas voces que da como sinónimas en el apartado "MODUS", figura "fann funũn", es decir, `manera, modo, arte, especialidad, disciplina técnica' [16].

Los mismos valores ofrece el diccionario de Kazimirski [17]: ţurq, "habitude, coutume; mode, maniére, façon d'agir ou d'obtenir quelque chose, maniére de s'y prendre; action, ce que quelqu'un a fait, ouvrage"[18]; esta idea se encuentra indistintamente bajo las formas ţarq y ţurqa. Bajo tarĩq encontramos también "Moyen d'arriver á quelque chose. Prétexte, raison donnée á quelque chose".

Bajo el apartado tariga Dozy[19] es bastante explícito en acepciones que abundan en este sentido: desde el punto de vista científico la define como `manera como se trata una ciencia y que difiere de la de otros sabios, y además: ' facilidad, medio para conseguir resultados, maniobra, conducta en los asuntos o negocios, medida, precauciones, medios para llegar a un fin propuesto, acomodamiento, medio para terminar un asunto, temperamento ' y, en sentido figurado, como 'acomodación' y 'arreglo'.

Este sentido de medio o manera de obrar peculiar de cada uno para realizar alguna acción, que podría expresarse con la frase "tener un truco", es decir, tener una habilidad personal para hacer algo concreto, nos lleva a la idea de la confección especializada ¡de determinadas labores que requieren una preparación y unos conocimientos muy específicos, una "maña" innata o adquirida por aprendizaje de otros.

Entre las muchas acepciones que pueden recogerse en los diccionarios dentro de esta raíz árabe, encontramos algunas de ellas que se refieren a labores detalladas de determinados oficios artesanos: así Lane [20] indica que la significación primaria de tarq parte de la idea de `golpear' o `batir' sobre una cosa de alguna manera y con alguna cosa, por ejemplo con el mitraq, que es la herramienta del herrero (o forjador) y del artífice (o artesano), con el cual él golpea el hierro, y la vara o palo con la que alguien sacude la lana (o la fibra) para desliarla o separarla, o bien el golpear con la mano... [21].

Estudiando las diferentes voces que se incluyen en esta raíz, encontraremos muchas de ellas referidas a labores artesanales, como, por ejemplo, las acepciones que podemos ver en Kazimirski:

forma II (ţarraqa) : 'doblar un escudo, una suela, echar suelas nuevas a un calzado,..'; `volver a colocar sobre el yunque' (Dozy).

forma III (ţãraqa) : 'doblar, redoblar, o coser dos piezas de cuero la una sobre la otra'. Iguales acepciones encontramos en la forma IV (aţraqa)'.

ţurqa: 'acción de plegar alguna cosa o de poner una sobre otra, de manera que se forma una capa sobre otra. Lo que es plegado o puesto lo uno sobre otro'.

ţirãq: 'pieza, trozo de cuero con el cual se remienda el calzado o se dobla alguna cosa (como se dobla, por ejemplo, un escudo por dentro con un trozo de la forma del escudo' o `placa de hierro a la cual se ha dado la forma redondeada o abombada en forma de casco'.

muţraq: 'doblado por una pieza de cuero añadida por debajo (escudo, etc.)'.

muţãraga: 'sandalia cosida de piezas de cuero superpuestas, unas sobre otras'.

Hasta aquí parece que los oficios se encuentran referidos solamente a los zapateros, talabarteros o forjadores, pero podemos hallar la mención de otros grupos artesanales:

ţarq: `batir con un batiente (se dice de los lavanderos o de los.: desgrasadores; batir con una varilla para desempolvar, para limpiar (el algodón, la lana, etc.) ; arrancar el pelo'..

miţraq: `varilla con la cual se bate la lana o el algodón para, limpiarlos; vara del desengrasador, del lavandero; martillo del herrero; bastón, garrote de pastor'.

muţarraq: Pedro de Alcalá traduce "clavadura o enclavadura mutárraq".

Y aún puede referirse a los más variados tipos de especialistas en cualquier profesión o habilidad específica, como, por ejemplo, aquellos que hacen reparaciones (ya hemos visto lo relativo a los zapateros remendones), así:

ţarraga: es también `volver una obra al telar', como `retocarla' o `reformarla'[22].

ţarq y ţaraqa: en Lane significa también algo semejante a la artimaña o habilidad del deportista, o tener lo que se llama kifaf [23].

tarrãq: el nombre de oficio, según Dozy, tiene el valor de "ménétrier, jongleur", voces equivalentes a `músico ambulante"[24] y `juglar, malabarista, titiritero' (también 'farsante'). Son pues los clásicos profesionales del truco.

ţuruqiy: adjetivo determinativo, que podría significar `lo que pertenece a los trucos', es traducido por Dozy como "opérateur, charlatan qui débite ses rémedes en place publique", es decir, `charlatán que pregona sus remedios en la plaza pública'. Más adelante insiste sobre este término afirmando que designa, en general, a los charlatanes de las plazas públicas, bien sean operadores, astrólogos, geománticos, u otra cosa. Puede decirse que esta palabra incluye cualquier tipo de embaucador público, especialista profesional del truco que le permite presentar un papel engañoso para defraudar a los incautos.

Esta habilidad para hacer pasar una cosa por otra, para transformarla subrepticiamente, pasa a derivar hacia un sentido peyorativo: de ser una cualidad positiva y envidiable, cae en una farsa, en una estafa, en un engaño, rayando en la delincuencia:

Ţarraqa: en Dozy figura también como tratar de engañar” (con ‘alã)

ţarq: según Lane significa también una artimaña, una trampa, un cepo, un armadijo o una red, semejante a lo que comúnmente se le llama fajj, o algo semejante a aquello[25].

En resumen, si hacemos un compendio de los distintos valores semánticos que ofrecen los vocablos estudiados, tanto para el árabe como para las lenguas hispánicas, podemos comprobar la coincidencia de sus evoluciones de una forma sistemática y paralela.

De un sentido primitivo de 'golpear', sencillamente, o 'batir"[26] se fue derivando hacia una `manera especial de realizar esta acción', hasta llegar a convertirse en una `habilidad peculiar', personal de cada individuo, calificado como artesano o perito en la materia.

De ahí que se pasase a un concepto de 'habilidad', en general, para realizar una acción determinada, en cualquier tipo de actividad, a la posesión de una `maña' especial para conseguir un determinado propósito, enmendando, corrigiendo, remendando, a veces hasta transformar una cosa vieja en otra nueva, o algo feo en hermoso, haciendo pasar una cosa por otra trocándola o trucándola; es la actitud del farsante o del charlatán que pretende vender un producto malo dándolo por bueno.

En consecuencia, se llega fácilmente a la tergiversación de la realidad de las cosas, al fraude, a la trampa y al engaño [27]. Se desfigura la verdad con una apariencia ficticia, como el malabarista o el prestidigitador, que absorbe la atención del espectador con sus increíbles habilidades, haciendo aparecer o desaparecer los objetos a su voluntad, como por arte de magia[28] . Todo se cambia, se transforma, se desfigura, se tergiversa, por medio del hábil truco del experto; así trueque, `cambio', se generaliza como `permuta', para dar el vocablo castellano más vulgar de trocar, `mudar, cambiar una cosa por otra', sin perder, al mismo tiempo, un sentido ambivalente como `estafa, engaño y fraude'.

Apoyándonos en esta base semántica, como acción de conseguir un efecto deseado por medio de una determinada técnica, es por lo que puede pensarse que la palabra droga no es más que una variante fonética de truco, pasada no directamente del árabe, sino a través de una vía europea, a través de la cual se ha sonorizado la t en d y la q en g [29].

A continuación dedicaremos un nuevo apartado para este otro vocablo, como segunda parte de este estudio.

4. LA PALABRA "DROGA":

Según Corominas y Pascual, droga es una palabra internacional de historia oscura, que parecía designar en origen alguna 'cosa de mala calidad'. Se da como posible un origen nórdico para España, probablemente de Francia, quizá de una palabra céltica que significa 'malo', y que se habría aplicado a las sustancias químicas y a las mercancías ultramarinas. Dan como lª documentación a finales del siglo xv y no se pronuncian por asegurar un origen nórdico o mediterráneo.

En Cataluña droga aparece ya en 1437 y en Francia aún antes, ya en el siglo xlv; en Inglaterra hay un precedente desde; 1327, como drogges, pero los filólogos ingleses se inclinan a creer en su origen francés.
Conforme a lo que hemos dicho en el apartado anterior, droga podría ser una variante de truq, introducida a través de los importadores de especias que seguían la ruta que atravesaba Europa, o que desembarcaban directamente en Francia, por el intercambio comercial con los establecimientos mercantiles asentados en los reinos cristianos de Palestina y otras zonas del Mediterráneo oriental, importando también el nombre genérico para estos productos, aunque sin profundizar en el sentido originario de este vocablo.

El hecho de existir una variante adroga [30] y sus derivados adroguería `tienda de comestibles' y adroguer `tendero de esa tienda', muy populares y vivos, según Corominas-Pascual, apoyaría un origen árabe, conservándose una supervivencia del articulo, asimilado a la primera, consonante solar.

El origen oriental de este vocablo parece confirmarse en un documento italiano del siglo xvl, el cual, hablando de la importación de drogas, dice "cose secche di levante" [31].

Por otra parte, según indican ya Corominas y Pascual, el punto flaco para estimar la etimología nórdica es el hecho de que el tráfico de estas drogas se practicaba en la Edad Media sobre todo y casi únicamente por el Mediterráneo y no por el Báltico o el Mar del Norte, puesto que aparece ya el vocablo droggaia y droggarios en el griego bizantino.

Matizaremos la semántica de droga en varios apartados.

4.1. -Droga como `engaño' o `trueque'

Es un hecho harto conocido la frecuencia con que un vocablo importado adquiere en el país de adopción un significado específico que no tenía en la lengua exportadora sino de una manera más genérica. Es el caso de tantos galicismos o anglicismos introducidos en el español: cuando empleamos la palabra "chófer" no pensamos que, en .principio, "chauffeur" significaba `fogonero', o cuando se emplea vulgarmente la palabra "water" (un eufemismo que dejó de cumplir esta misión), no se piensa en que únicamente se está diciendo `agua'.

Algo semejante debió de ocurrir con la palabra droga, aplicada a unos productos que tenían unas cualidades peculiares, que servían para muy diversos usos y eran esencialmente prácticas para conseguir determinados efectos en los campos más dispares, sin profundizar en el por qué de este nombre que recibían, precisamente debido a su utilidad para transformar, hábilmente, unas sustancias en otras.

El sentido que tuvo primitivamente en francés como `aquello que es de mala calidad' o `persona de poco valor' (o acepciones populares como `mala mercancía', `chatarra' o `mala bebida') unido al que se daba para droguer como `componer, adulterar, desfigurar, alterar, falsificar, vagabundear', nos aproximan a las expresiones halladas para truco como `engaño, estafa, falsificación', que podía estar aplicado, en principio, al producto en si, como vendido en malas condiciones o `trucarlo' por otro, o bien porque dichos productos servían para trocar otras cosas, como por ejemplo para desfigurar o disfrazar los sabores de las comidas, en el caso de las especias, o para disimular los defectos de cualquier objeto, cambiando su aspecto con un tratamiento adecuado. En inglés el verbo to drug equivale a "to mix or adulterate" (1605).

En castellano existe un sentido claro de droga como `trampa' o `embuste', extendiéndose a América como `deuda'. El catalán drogant es `bribón' (s. XVII), semántica afín a la que habíamos hallado en la raíz árabe ţaraqa como `farsante'.

Si estudiamos las definiciones que se dan para el castellano droga, podemos ver cómo se aprecian dos líneas divergentes, que coinciden con las mismas que aparecían en las voces árabes antes mencionadas. Así vemos que aparecen, por una parte, los mismos valores negativos de `embuste, trampa, ardid perjudicial, cosa que desagrada o molesta'.

En el Diccionario de Autoridades se da "Metafóricamente vale embuste, mentira disfrazada y artificiosa, pretexto engañosamente fingido y compuesto; y así del que no trata verdad y está en mala opinión se dice que cuanto habla, o hace es una pura droga". De droguero afirma: "es también tramposo en Chile, Méjico y Perú: dícese del que contrae deudas y no las paga". M.a Moliner recoge también endrogarse (en estos mismos países) como `empeñarse (contraer drogas o deudas)'.

Droguista se define como `persona mentirosa, embustera, tramposa, que ni habla ni trata lisa y llanamente verdad'. Podemos compararlo con el "charlatán" de los diccionarios árabes.

En el léxico del marginalismo del Siglo de Oro [32] droga tiene además de un sentido genérico de `mentira' y `embuste', también el de `engaño que se hace para adormecer a otro y sacar algún provecho de ello'. En esta definición se encuentra ya una afinidad con lo que en el lenguaje actual se usa como `drogar a alguien' o `darle una droga'; cuando la acción es reflexiva, drogarse pues seria como `adormecerse'. En el argot español de nuestros días drogata y drogota equivalen a drogadicto [33].

También se empleaba la frase "vender la droga" como `contar mentiras sobre las hazañas propias', falsificando pues la propia personalidad, o "vender drogas" como `engañar'.

Si comparamos estas definiciones con muchas de las que se han dado para truco, podemos ver su identidad casi absoluta:

truco: `ardid o trampa, procedimiento engañoso para conseguir alguna cosa, particularmente trampa con que se consigue un efecto maravilloso'.

trocarse: `mudar el genio, natural o costumbre, fingiendo distinto modo de vida que el que llevaba'.

Dice un texto de Ambrosio de Morales:
"Y no es trocarse, ni pervertirse, mostrar algunas mudanzas" [34].

Algo semejante a lo que se define en la lengua "hakitía":

trocado: "Se dice de alguno que de repente quedó como transformado en otro ser, pasando de sano, fuerte y hermoso a un estado totalmente opuesto, lo cual es atribuible a influencias misteriosas o sobrenaturales" [35].
No cabe duda de que, estamos ante un fenómeno semejante al que produce la droga, en el estricto sentido en que actualmente se emplea esta, palabra, como fenómeno sociológico y psicopático, pues incluso en este misma argot se emplea la palabra trócolo para designar al "porro" (v. nota 33). La relación no puede ser más directa tanto fonética como semánticamente.

4.2. - Droga como truco o maña para conseguir algún efecto:

La segunda línea semántica a la que nos hemos referido se mantiene en un sentido totalmente opuesto, ofreciendo un aspecto positivo para la droga (lo misma que había ocurrido con el truco) como medio de conseguir un resultado apetecido, a través de una técnica o de un producto, con la ayuda del cual podremos obtener que un objeto, o una persona, adquieran unas cualidades que antes no poseían: reparando un defecto, mejorando su aspecto,, exaltando un temperamento o aliviando una enfermedad física o mental.

En este sentido se encuentra en la Real Academia droga: "Nombre genérico de ciertas sustancias minerales, vegetales o animales, que se emplean en la medicina, en la industria o en las bellas artes".

El Diccionario de Autoridades reducía mucho más el ámbito de estos productos, pues los que menciona debieron de ser los que originariamente les dieran el nombre: "Qualquier género de especería: como incienso, goma, benjuí y otras varias especies aromáticas, simples o compuestas, y también se comprehenden en esta palabra otros varios géneros de cosas: como maná, xalapa, ruibarbo, bermellón, cardenillo, añil". Los textos que cita son muy significativos:

"Mandamos, que se visiten las drogas que los mercaderes vendan por junto" [36].
"Hallarás quien no tema comer las más amargas drogas por conservar la vida" [37].

Modernamente los conceptos se han continuado ampliando en las nuevas definiciones. María Moliner dice: "En sentido amplio, cualquier sustancia que se .prepara y vende para cualquier finalidad: para usos industriales, para pintar, para limpiar, etc. Particularmente cualquier sustancia natural o sintética que se emplea en, medicina; especialmente las de acción enérgica y las que se emplean para aliviar el dolor. Más concretamente se aplica este nombre a los alcaloides".

En síntesis, podemos decir que droga es un término genérico, inespecífico y antiguo, con el que se indican numerosas sustancias, sobre todo de origen vegetal, aunque también pueden proceder del reino animal o mineral, en el estado en que se encuentran en los mercados comerciales, y que se utilizan en las industrias de esencias, perfumería, farmacia, medicina y alimentación; especialmente se emplea para designar algunos medicamentos y, en sentido estricto, para algunas sustancias que tienen una acción tóxica y que producen hábito.

De aquí que droguería sea `trato y comercio de droga' o `tienda o puesto público donde se vende cualquier género de droga'. En la Pragmática de Tassas de 1680 (f. 14) se cita:

"Memoria de los precios de mercería y droguería, a que han de vender los mercaderes de estos géneros en esta Corte" [38].

Y así se llama droguero a la persona que trata en drogas, con tienda abierta o sin ella, que las vende públicamente. Este oficio debió de estar, en principio, en manos de comerciantes foráneos, que importaban estos productos, pues J. L. Alonso Hernández recoge un texto muy significativo:

"y en este lugar venden ellos sus drogas sin ser deste lugar, que nacieron fuera..." [39].

Vemos pues que la acción de la droga se corresponde con la definida para el verbo trocar como 'convertir una cosa en otra distinta y frecuentemente opuesta'. En este sentido recoge María Molfner la frase tan usada como "trocar el amor en odio"; esta acción, o su inversa correspondiente, era la que se pretendía en los antiguos filtros o bebedizos con que los enamorados intentaban vengar sus celos o conquistar el amor de un amado, que era indiferente o adverso, administrándole la droga recomendada para cada una de estas ocasiones. Lo que se pretendía era conseguir que en una determinada persona, odiada o deseada, se realizase el efecto de trocarse, en su sentido psíquico de 'mudar de genio, natural o costumbre'. Son ejemplo de esta semántica algunos textos:

"Esperaba, trocado aquel hombre, le había Dios de hacer instrumento de la salud de muchos" [40].
"Confirmaron ser verdad quanto había dicho, especialmente en lo de sus trocadas aficiones" [41].

Con la droga, pues, lo que se pretende es conseguir la manera de hacer que una cosa se transforme en otra, que adquiera otra apariencia, otra personalidad, otro modo de comportamiento, cambiar de vida, de sentimientos, alterar o variar una cosa en otra distinta.

A veces el cambio se limita a una mera apariencia, como a colorear un objeto para renovarlo o embellecerlo; las pinturas son uno de los productos en los que más están especializadas las droguerías, así como también en las perfumerías se expenden abundantemente para la cosmética femenina. Se llama trocatinte al `color de mezcla o tornasolado'.

La técnica de los tintes es una de las labores que requieren más trucos y mañas para el empleo de los productos de la droguería. El oficio de tintorera se prestaba a muchas irregularidades, ya que de sus manos podían esperarse muchos fraudes. Así, en las Ordenanzas de Sevilla (fol. 213) se advierte:

`...ordenamos e mandamos que ningún oficial del dicho oficio no faga sombreros trocatintados ni les eche azeite..." [42].

El teñido de los tejidos requería habilidades y técnicas muy especiales. Basta repasar la definición que la R. Academia da de la palabra troque, para reconocer las dificultades artesanas para conseguir ciertos efectos en el colorido de los tejidos: "Especie de botón que se forma en los paños cuando se van a teñir, liando fuertemente con bramante una partecita de ellos, para que, no pudiendo penetrar el tinte lo que cubre el bramante, se conozca después de salir del tinte qué color tuvo primero todo el paño".

En este sentido es muy interesante la definición que da el Diccionario de Autoridades de una especie dé tela llamada droguete: "Cierto género de tela muy vistosa a manera de raso que de ordinario es alistado y variado de colores, con flores sembradas entre las listas. Comúnmente se fabrican de pelo de cabra; pero también se hace de lino y seda mezclados". En Francia este tejido, el droguet, se documenta ya en 1554, como "tela gruesa" o "especie de tejido ligero" [43]. Esta peculiaridad de estos tejidos de ser de colores variados y de rayas, nos pone en contacto de nuevo con el verbo árabe taraga, pues en su forma II vale también, según Dozy, "barioler", es decir, `abigarrar, dar diversos colores a una cosa'; su participio 'muţarraq equivale en el Vocabulista a "VARIUS", interpretado en Dozy como `variopinto, rayado, a rayas (una tela)' [44].

Igualmente se podría encontrar una relación entre la palabra, trota, propia de la técnica textil, que designa `en la manufactura, devanado y empaquetado del algodón, cantidad de hilo igual a diez madejas (sinónimo de "mazo")', y la voz ţarq árabe `batir con una varilla para limpiar el algodón, la lana, etc.', pues ambas manipulaciones constituyen un proceso sucesivo de la técnica, de la hílatura.

La historia de la palabra droga, como hemos podido observar, ha experimentado notables cambios, puesto que se utilizó para muy diversos fines; entre ellos uno de los más importantes fue el empleo de diversos vegetales aromáticos que se usaron principalmente como condimento y a los que se les denominó también "especias". Dice un texto de Julio Camba:

"El poderío veneciano se debió al deseo que sentía la vieja Europa de condimentar sus alimentos con las ricas especias orientales" [45].

La mayor parte de estas especias provenían de Oriente; solamente a partir del siglo XVI, tras el descubrimiento de las Indias Occidentales, precisamente mientras se buscaba una nueva ruta para este comercio, se empezaron a importar especias americanas, como la vainilla. En la antigüedad se confundió algunas veces, este Oriente con Arabia, cuando, realmente, en la mayoría de los casos las caravanas árabes eran solamente un transporte íntermediario.

Principalmente se importaban la pimienta (originaria de la Costa de Malabar, en la India) [46], la canela (que procedía de Ceilán) [47], la nuez moscada (de las Molucas) [48], el clavo, el jengibre (de China y de la India) [49]. En el siglo XVI drogar era sinónima de "condimentar con droga" [50].

En la Edad Media el consumo de las especias se extendió y multiplicó por toda Europa, ya que la pimienta, sobre todo, se gastaba como la sal, no sólo para sazonar las comidas y evitar que resultasen insípidas, sino también para la cerveza y la repostería, pero, sobre todo, se empleaba en cantidades masivas para la conservación de la carne del ganado, que se mataba en otoño por miedo a la falta de forrajes de inviernos[51].

Hasta el siglo XI, el monopolio del tráfico de especias estuvo en manos de Bizancio; a partir de entonces fueron las naves musulmanas las que acapararon este comercio con Oriente, incrementado después por los viajeros que, a raíz de las Cruzadas, estrecharon los lazos mercantiles con los puertos del Mediterráneo oriental, introduciendo el cultivo del azafrán en Francia y en Italia. Venecia fue la mayor potencia distribuidora durante el siglo XIV. Como consecuencia de la busca de las rutas comerciales para el tráfico de las especias, se produjeron los grandes descubrimientos geográficos de los siglos XV y XVI, a partir de los cuales se inició la formación de los grandes imperios coloniales. Estos productos se vendían en las tiendas que por esta causa se llamaron "almacenes de coloniales", que venían a ser las antiguas droguerías. En el siglo XVII fue Holanda la que se convirtió en el centro principal de este mercado, que alcanzó un gran auge a causa del desarrollo de la farmacopea.

Una muestra evidente de la gran aportación árabe en el mercado de las drogas es el gran número de palabras que legaron al Occidente en relación a estos productos o sus manipulaciones; en ocasiones se trataba de voces árabes, otras veces habían sido vertidas a esta lengua del griego, del persa o de, otros países de Oriente, y pasaron a Europa a través de una fonética árabe, ya que el Islam constituyó el elemento transmisor de estos productos y de sus nombres. En el apartado siguiente, y como muestra de esta afirmación, insertamos una relación de algunas de estas voces de aportación árabe.

El verbo trocar, enraizado con truco y trueque, había tomado una derivación inmediata hacia el lenguaje mercantil, pues el comercio, en sí mismo, es la expresión más evidente del hecho de `dar una cosa por otra', bien sea un cambio por dinero o una permuta en especie de cosa por cosa. Pues, como dice Covarrubias: "Trocar. Es lo mismo que bolver, y el que trueca buelve y rebuelve las cosas como en rueda". El mercader, si no puede ofrecer una buena mercancía, tiene a la fuerza que aparentar que lo es, valiéndose de todos sus mejores trucos; ya decía el Arcipreste de Hita:

"Quien no tiene miel en la orca, téngala en la boca: mercader que esto faze byen vende e byen troca" (514d).


La droga, como mercancía siempre fue muy cotizable, empleándose a veces en los intercambios a la par que la moneda. En el árabe vulgar marroquí, según el P. Lerchundi, la palabra droga se traduce por "âtría" (`aţriya), y droguero o droguista por "aâttár" (`aţţãr); perteneciente a esta misma raíz, Kazimirski traduce `aţţãra en la acepción de `que se vende bien, que encuentra clientes, parroquianos, compradores', lo cual demuestra que estos perfumes, especias o productos diversos artificiosos para conseguir determinados efectos, eran siempre buscados y bien cotizados en todos los mercados del mundo.

En todos los tiempos, incluyendo el presente, se corre siempre el riesgo de que cualquier `cambio' o `permuta' se transforme en un `fraude' o un `engaño', con arreglo a la polisemia de las palabras truco y droga.

4.3.-Voces de aportación árabe en la "droguería":
abiar: (de albihar `narciso') manzanilla loca.
aceche: (de az-zãŷ `sulfato de hierro') caparrosa.
acíbar: (de a-sitar `el jugo del áloe') áloe, producto amargo del hinojo.
aguajaque: (de al=wuššaq `goma amoniacal') resina blancuzca aguanafa (aguanapa) : (de "agua" + nafha `aroma') agua de azahar.
ajebe (jebe) : (de "-áš-šabb `alumbre').
ajonjolí: (de al-ŷulŷulãn `coriandro') sésamo.
alatar: (de al-`attãr `droguero, perfumista').
alatrón: (de al-natrún, a su vez del Gr. `nitro') afronitro.
alazor: (de al-`aşfur `el cártamo') para teñir de color de azafrár_ y para cebar .aves.
albahaca: (de al-habaqa `planta aromática').
albayalde: (de al-bayãd `lo blanco') usado como pintura.
alboheza: (de al-jubbãza `la malva') usada en medicina.
albohol: (de al-hubũl `cuerdas') se usa para hacer barrillas para obtener la sosa.
álcali: (de al-gãlĩ `sosa' o `cenizas de plantas alcalinas') óxidos metálicos que actúan como bases enérgicas.
alcamonías: (de al-kamũniyya, del Lat. "cumĩnum", `comino') semillas que se emplean en condimentos (alcaravea, cominos, etc.).
alcana: (de al-kãfũr `alcanfor') utilizado para fabricar celuloide y pólvora sin humo y, en medicina, como estimulante cardiaco.
alcaravea: (de al-karã “comino de los prados”) planta aromática.
alcatenes: (de al-katãn `semilla de lino, linaza”) mezclados con aceite se hacían cataplasmas.
alcohol: (de al-kuhl `colirio') galena, usado en cosmética y en medicina.
alcrebite: (de al-kibrĩt `el azufre').
algalia: (de al-gãliya `perfume de almizcle con ámbar”)
algazul: (de al-gãsũl `planta jabonera') se usa para hacer barrilla, como el albohol.
alhandal: (de al-hanzal 'coloquíntida, tuera') su fruto se emplea en farmacia.
alharma y alhargama: (de al-harmal `la ruda', del Gr.) su semilla sirve de condimento.
alheña: (de al-hinnã' `el ligustro') usado para teñir
alhucema: (de al-juzãma `el espliego').
almagra: (de al-magra `la tierra roja') almagre, óxido de hierro.
almártega: (de al-martak `óxido de plomo') litargirio.
almástiga y almástica: (deal-mastikã, del Gr.) resina que se usa como barniz.
almea: (de al-may'a `el estoraque') azúmbar, bálsamo muy oloroso.
almizcle: (de al-misk, del Gr. `almizque') sustancia odorífera que se saca del almizclero.
almoraduj (-x) (-z) : (de al-murdadũš `mejorana') mejorana, sándalo.
aloque: (de al-jalũqĩ `perfume azfranado”) se aplica al vino tinto claro.
alquermes (quermes) : (de al-qirmiz `la grana') especie de electuario con varias sustancias excitantes.
alquimia (química): (de al-kĩmiyã, del Gr.) arte con que se pretendía hallar la piedra filosofal y la panacea universal.
ámbar: (de `anbar `resina fósil que arde fácilmente con buenolor') es perfume delicado y también se emplea como medicamento excitante.
anfión: (de afiyún, del Gr. opio.
añil: (de an-nĩl `la planta del índigo') tiñe de color azul oscuro con visos cobrizos.
anorza: (de al-`uršãn `la parra') nuez blanca.
arjorán: (de urquwán `púrpura') ciclamor.
atanquía: (de at-tanqiya `la limpiadura') ungüento depilatorio.
atíncar: (de at-tinkãr `el bórax').
atutía: (de at-tũtiyã `cinc o antimonio') especie de ungüento usado en medicina.
atríaca (triaca): (de at-tiryãq `el antídoto', del Gr. un antídoto.
azafrán: (de az-za'farãn) se emplea como condimento, como tinte y en medicina como estimulante y emenagogo.
azarcón: (de az-zarqún `carbonato de plomo') minio.
azarnefe: (de az-zarnĩŷ `el arsénico') oropimente.
azul y azulete: (del ár. pers. lãzũrd `lapislázuli') azulita y azulete, pasta de añil en bolas.
azulaque: (de as-sulãqa `el betún') mezcla de varios productos para tapar juntas. Zulaque.
azúmbar, (de as-sunbul “la espiga, el nardo”) estoraque, bálsamo.
benjui y benzoe: (de laban yãwi `incienso de Java') bálsamo aromático.
bórax: (de bawraq `nitro') de uso industrial y medicinal (agua boricada).
cárabe: (de kahrabã' `ámbar amarillo' de origen persa) resina fósil.
cártamo: (de qurtum 'alazor') sirve para cebar aves y para teñir.
cedoaría: (de zadwãr) raíz medicinal como la cúrcuma.
ceje: (de sih `planta aromática').
civeto: (de zabãda `almizcle, algalia').
colcótar: (de qulqutar `caparrosa') se usa para pintura.
cubeba: (de kubãba `especie de pimienta de la India').
cúrcuma: (de kurkum, `azafrán de la India') sirve de reactivo en química y para teñir de amarillo.
cherva: (de jirwa` `ricino').
chirivía: (de ŷiriwiyyã 'biznaga') planta parecida al apio, de raíz comestible.
elemi: (de al-lãmĩ `especie de goma') resina sólida que se usa en varios ungüentos y barnices.
elixir: (de al-iksir `medicamento seco, piedra filosofal') licor compuesto de diferentes sustancias medicinales.
jarabe: (de ŝarãb `bebida') bebida que se hace cociendo agua hasta que espese y añadiendo zumos o sustancias medicinales.
jebe: (de šãbb `alumbre') sulfato de ;alúmina y potasa.
julepe: (de ŷullãb, del persa `agua de rosa, jarabe') poción de aguas destiladas, jarabes y otras materias medicinales [52]
matafalúa y matalahuva: (de (al-ha) bbat al-haluwa `el grano dulce, el anís').
mejunje: (de 'ma'ŷũn `amasado') cosmético o medicamento formado por la mezcla de varios ingredientes.
nafa: (de nafha `olor') azahar, agua de nafa.
natrón: (de natrũn `nitro') carbonato sódico usado en las fábricas de jabón, vidrio y tintes (Ver alatrón) orcaneta: (de irqãz, azafrán) onoquiles; se saca una tinta roja.
*pilpil: (de filfil `pimiento, pimienta') condimento picante[53].
rejalgar: (de rahŷ al-gãr `polvo de la cueva, veneno') mineral muy venenoso compuesto de arsénico y azufre.
sándalo: ((de sandal, del sánscrito `madera olorosa de las Indias') leño oloroso de sándalo.
sebestén: (.de sibistãn 'azufaifo') arbolito del que se obtiene un mucílago que se ha empleado como emoliente y pectoral en medicina.
secácul: (de šaqãqul 'chirivía') planta de raíz muy aromática.
sena: (de sanã `planta de Arabia y Egipto') arbusto, purgante.
solimán: (de sulaymanĩ 'propio de Salomón', corrupción y etimología popular del latín "sublimátum") sublimado corrosivo.
talco: (de talq `amianto, yeso') mineral que se emplea para sustituir al vidrio, en bordados y otros adornos, y por su suavidad al tacto también en perfumería.
toronjil: (de ţurunŷãn `hierba abejera') planta que se emplea como tónico espasmódico.
tuera: (de tuwara `acónito', del Gr. `muerte, destrucción') coloquíntida, planta muy amarga, que se emplea en medicina como purgante.
turbit: (de turbid `planta purgante') purgante muy drástico.
zabila: (de sabbãra `áloe') esta palabra procede de la misma raíz que acíbar.
zaragatona y zargatona: (de bazraqatũna `hierba de pulgas') planta que se emplea en medicina y para aprestar telas.
zulaque: (de sulãqa `betún') pasta para tapar juntas de arcaduces, cañerías y otras obras hidráulicas.
zumaque: (de sumãq `planta de jugo rojo rico en tanino') lo emplean los zurradores como curtiente.

Observando las variadísimas utilizaciones de todos estos productos, vemos que éstos unas veces sirven para mejorar el aspecto de una cosa, para cubrir un defecto o reparar un deterioro y curar una enfermedad; en otras ocasiones su efecto será degradante, descomponiendo o adulterando un producto o dañando nocivamente una personalidad [54]

BIBLIOGRAFÍA
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LANE, Edward William, An arabic-english lexicon, Librairie du Liban, Beyrut, 1968.

NOTAS
[1] Ver J. Corominas y J. A. Pascual, "Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico", Gredos, Madrid, 1980, vol. V.

[2] Hill, 172, 95, LXIV. Cita de J. L. Alonso Hernández, "Léxico del marginalismo del Siglo de Oro", Universidad de Salamanca, 1976, pág. 757.

[3] Es la versión de la picaresca de la acepción que ya figuraba en CovArrubias: "Quando se vuelve la comida, que por vocablo antiguo se decía revesar, ahora dezimos trocar”, y que recoge el Diccionario de Autoridades como: "Vale también vomitar, arrojar por la boca lo que se ha comido". Como aún se dice en el lenguaje coloquial "cambiar la peseta", como en un gesto de `descambiar lo comido por su precio'.

[4] De "La Hora de todos y la Fortuna con seso". Ver F. Rodríguez Marín, "Dos mil quinientas voces castizas y bien autorizadas que piden lugar en nuestro léxico", Ed. Atlas, Madrid, 1980, reedición de la de 1922.

[5] Biblioteca Románica Hispánica, Ed. Gredos, Madrid, 1980

[6] Ver Gran Enciclopedia Larousse, Ed. Planeta, Barcelona, 1974.

[7]. Cita de la Enciclopedia mencionada en la nota anterior. 7° Ver María Moliner, Diccionario del uso del español, Ed. drid, 1980.

[8] Ver P. Pascual Recuero, Diccionario básico ladino-español, Barcelona, 1977. Biblioteca Nueva Sefarad, vol, III

[9] Tesoro de la lengua castellana, Madrid, 1611.

[10] Según podremos ver más adelante, al tratar de su etimología, el nombre de este juego pudo venirle lo mismo por el hecho de los `golpes' aplican a las bolas, que por la habilidad que se requiere para conseguir las carambolas, tan precisa y justamente medidas.

[11] Ver José Benoliel, Dialecto judeo-hispano-marroquí 1977

[12] Ver Corominas-Pascual. También se da el valor de `apretón de manos'. Pompeu Fabra ("Diccionari general de la llengua catalana", EDHASA; Barcelona, 1977) da como primera definición de truc: "Cop, esp. el que una bola dóna a una altra amb que vé a topar, en certs jocs (billar, jocs de trues, etc.), o bé el que es dóna a una porta amb 1'argolla o picaporta, amb els nusos dels dits, etc.". Así trucar equivale a "picar a la porta".

[13] Ver Enciclopedia Larousse

[14] Ver el "Diccionario de argot español" de Víctor León, Alianza Ed., Ma1980.

[15] Ver en Corominas-Pascual.

[16] El "Vocabulista" da también como sinónimos en estos apartados: sabil 'acceso, medio, recurso', maslak 'procedimento, método', mahaúpa 'destino, objetivo, meta, método, procedimiento', ma(i)nhaij 'camino, sistema, método, programa' (como verbo: 'ser conocido, trillado (el camino), conocer (un camino), seguir un plan, seguir su ejemplo', aslúb 'estilo, método, procedimiento, camino, sendero', manza' 'tendencia, objetivo, método, intención, conducta', darb 'variedad, manera', waúh 'comienzo, manera, razón, intención, objeto, fin', naw' 'variedad, manera, forma', sinf 'especie, manera, género', namat 'manera, modo'...

[17] "Dictionnaire grabe-frangais", Maisonneuve, París, 1860.

[18] Registra también la frase: "hádá turga rayul'^ wFthid' como "C'est 1'ouvrage, le travail d'un seul homme", como sinónimo de sani'a 'obra, acción, hechura, trabajo'. Hay que tener en cuenta, que el adjetivo sani' quiere decir 'hábil, experto'. El diccionario de Lane (B. I, 1848, II) amplia un poco la frase "hádihi -l-nabiu tarqatu rabul'° w¢hid'^", traducida como "(These arrows are) the work, or manufacture, of one man".

[19] "Suplément aux dictionnaires grabes", 3.a ed. E.-J. Brill, Leyde, y G. P. Maisonneuve et Larose, París, 1967, 2 vols.

[20] "An arabic-english lexicon", Librería del Líbano, Beyrut, 1968.

[21] Dice textualmente: "signifies The beating (a thing), or striking (¡t, in any manner, and with anything) ; this being the primary meaning: or with the mitraq, which is the implement of the blacksmith and of the artificer (with which he beats the ¡ron), and te rod, or stick, with which one beats wool (or hair) to loosen or separate it: and the slapping with the hand".

[22] Con respecto a los tejidos se encuentran datos más detallados, como tariqa `banda de tela de lana o de pelo de cabra de un ana de ancha, de la longitud igual a la altura de la tienda y que se añade a los paños de la tienda', o la locución daqq al-mifraga aplicada a todo aquello que está flamante (se dice de un lienzo que sale de manos del desgrasador, o de un vestido completamente nuevo' (v. Kazimirski). También esta forma II aparece en el "Vocabulista" bajo "VARIARE", 'abigarrar, mezclar colores', empleándose el partiéipio mutarraq como `variopinto, rayado, hecho a rayas (una tela)' (v. Dozy).

[23] El texto de Lane dice: "signifies (the sume, or) the snare (hibúla) of the sportsman, having (what are termed) kifaf (pl. of kifaa) ". hibála parece estar empleado en el sentido de `ardid' o `maña', lo mismo que kifaf equivale aquí a `buena mano' o `artimaña'.

[24] El sentido de `golpear', que Lane considera como el originario de esta raíz árabe, ha traído, como consecuencia, su relación con la música, pues el artista golpea el instrumento para arrancar sus sonidos: Kazimirski da para taraga, como 7.a acepción `batir, golpear, tocar (por ej., un instrumento de música con los dedos)' y Dozy recoge ,taga como `percusión' y ?tariga como término de música, `aire'. Kazimirski dice de ,tarq `sonido de la voz o de un instrumento músico' y Lane que 'es una acción de tocar el laúd', luna especie de tono del laúd' o `una melodía'. Incluso el baile se incluye en este concepto (en el "Vocabulista" figura ,tarqún como "SALTARE") quizás por el batir de los pies sobre el suelo, pues la palabra ,targa vale también `traza, huella hecha por los pasos de un animal' y taraq `trazas dejadas sobre el suelo por los camellos que marchan en fila'; por este motivo, a esta línea trazada en el suelo por el incesante pisotear de las bestias, probablemente la palabra tariq vino a significar `camino, ruta'.

[25] Lane dice en este texto: "Also signifies A (snare, trae, gin or net, such .as is commonly cal") fal, or the like thereof".

[26] Hemos de destacar de nuevo cómo en el "Vocabulista" se incluye en el mismo apartado de "Monos" el sustantivo darb, `golpe, palo, paliza', que tiene también el valor de `clase, especie, género, variedad, manera', identificándose con la acepción de truco como 'golpe, choque', que se considera la base de la adopción de este nombre para el juego de los trucos (a modo de billar) y quizás motivo para el nombre del cencerro, ya que turq, además de `golpe, toque', es también Son, sonido'. Igualmente incluye el "Vocabulista" en este apartado el nombre nagma, 'melodía, tono'

[27] Recordemos las definiciones árabes como 'cepo, trampas, redes', que vienen a concordar con la acepción catalana aplicada a una forma de red que lleva puestas unas bolas de madera (trucs) para que no lleguen del todo al fondo, como una artimaña de los pescadores.

[28] Es curioso que en catalán truc signifique también 'canto rodado, guijarro', pues en árabe se emplea tarq con el sentido de 'arrojar piedrecitas para presagiar augurios (se dice de los adivinos)' y en la forma X el de 'pedir a alguien que consulte la suerte y presagie augurios por medio del lanzamiento de guijarros'. Ya hemos visto cómo bajo esta raíz árabe figuran nombres para designar no sólo a los farsantes y charlatanes, sino también a toda clase de nigromantes, astrólogos o adivinos (v. Kazimirski). Así las voces ,tñriq y ,turráq valen como 'adivino (que golpea con una vara o que consulta la suerte por medio de guijarros)' (v. en Dozy).

[29] Este cambio fonético no hay duda que se ha producido en la voz drugo frente al catalán truc, ya que ambas voces se aúnan en la misma semántica, en el sentido que se da para la primera en Toledo como 'burujón, peladilla' y en el Maestrazgo como 'pedrusco, canto rodado' (v. en Corominas-Pascual), conforme con lo que hemos indicado en el comienzo de la nota 28.

[30] V. Corominas-Pascual.

[31] V. Corominas-Pascual.

[32] V. José Luis Alonso Hernández, Léxico del marginalismo del Siglo de Oro, Universidad de Salamanca, 1977.

[33] V. Víctor León, Diccionario de argot español, Alianza Ed., Madrid, 1980. 34 Cita del Diccionario de Autoridades.

[34] Cita del Diccionario de Autoridades.

[35] V. José Benoliel, Dialecto judeo-hispano-marroquí o "hakitía", Madrid, 1977

[36] La nueva recopilación de las leyes del Reino, lib. 3, tit. 16,I2

[37] Joseph Peliicer, Traducción del Argenis, part. 2, fol. 94.

[38] Cita del Diccionario de Autoridades.

[39] Día y noche de Madrid, 415. V. nota 32.

[40] Antonio de Fuenmayor, "Vida de S. Pío V", fol. 10. Cita de "Autoridades".

[41] Cervantes, "Historia de Persiles y Segismunda", lib. 2, cap. 10. Cita de "Autoridades".

[42] V. F. Rodríguez Marín, "Dos mil quinientas voces castizas y bien autorizadas que piden lugar en nuestro léxico", Atlas, Madrid, 1980, p. 385.

[43] El empleo usual del pelo de cabra se encuentra también en árabe en la palabra tarzga, que ya hemos mencionado en la nota 22. Las acepciones que el de otra contrapuestas que se dan para el francés droguet vienen a demostrar nombre no procedía del mayor o menor grosor de su textura, cualidad, que bien pudiera ser su modalidad variopinta.

[44] En Nebrija se encuentra trocatinte como "versicolorarius".

[45] Cita de la Enciclopedia Larousse.

[46] En la India se le llamaba pippali, nombre que los griegos de Alejandro lo transformaron en piper. En caravanas era llevada al Yemen y desde allí hasta Alejandría. Su precio fue altísimo hasta la llegada de los cargamentos portugueses a Lisboa en el siglo xvi. Se usó para cataplasmas también.

[47] Se le atribuían cualidades medicinales también; se usaba por su agradable sabor para la fabricación de aceites y pomadas, y como tónico.

[48] Se usó como desodorante y en Europa para especiar la cerveza, importada en el siglo xvi, y también para el dolor de estómago.

[49] Se empleó como alimento, sustancia aromática, tínte y medícamento, para alivar el dolor de estómago.

[50] En la India, creadora del "curry", éste constituía todo un proceso de selección, preparación y cocción de especias, de un modo tan variado que se podía dar a cada plato un aroma y un sabor distintos. Esta mezcla de especias se compone fundamentalmente de coriandro, jengibre, guindilla, cardamomo, clavo, comino, pimienta negra y otras.

[51] En Andalucía la selección de las especias para estos casos constituye todo un ritual y se le llama "testamento" a todos los avíos que se han de emplear para la matanza del cerdo

[52] Dozy dice de yalláb "celui qui importe des merchandises p. e. des drogues, dans un pays; marchand", diciendo lo mismo del participio gálib. También incluye en esta raíz las voces palabd y Jalaba como `raíz purgante', que sería étimo de las castellanas jalapa y xalapa, aunque la R. Atad. considera estos nombres como derivados de la ciudad mejicana de Xalapa

[53] La R. Atad. da para pilpil la acepción de "bejuco que produce el cógnil (Chile) ". Sin embargo, en la lengua popular, es conocido de todos que los guisados que se hacen "al pilpil" van siempre condimentados de picantes, especialmente de guindillas.

[54] También en la raíz árabe ,t-r-q encontramos matices de adulteración tan concretos como: taraga `ensuciar el agua orinando dentro' y tariga `beber el agua turbia', tarq es también 'agua de lluvia u otra que los camellos, a su paso, han ensuciado de orina y de estiércol' (ver Kazimirski). La acepción antigua que se daba a droga como `algo malo', se adapta al oscurantismo que se encuentra también en el árabe turq tinieblas', acompafíando a un ambiente de `desgracia': friga vale `calamidad, desgracia; propiamente lo que viene durante la noche', mientras mutriq significa `vil, despreciable'.

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