viernes, 7 de septiembre de 2007

NADIA YASSIN Y LA LUCHA FEMENINA EN MARRUECOS


"Lucho para que la mujer recupere sus derechos"

Nadia Yassin. Foto: Rafa Marchante

Fuente: YODONA.COM

El creciente papel político del islamismo moderado transmite inquietud a gran parte de la población marroquí. Si los pronósticos se cumplen, el Partido Justicia y Desarrollo (PJD) puede ganar los comicios legislativos del viernes 7 de septiembre. Sin embargo, su líder, Saad Edine El Othmani, un psiquiatra de 51 años licenciado en Derecho Islámico, ha optado por una actitud de integración en las instituciones.

Las últimas elecciones, celebradas el 27 de septiembre de 2002 y que, además, fueron las primeras del reinado de Mohamed VI, perfilaron ya una fuerte subida de los integristas moderados del PJD, que pasaron de 14 a 42 escaños, consiguiendo establecerse como la tercera fuerza política. Aunque esto no fue suficiente para entrar en el Gobierno de Dris Yetú, actual primer ministro.

Pero el PJD no es la única formación islamista de Marruecos (sí la única legal y con representación parlamentaria). En el entorno de pobreza en el que sobrevive gran parte de la población marroquí, el islamismo político moderado y los movimientos sociales de marcado carácter religioso promueven una esperanza en el cambio. La asociación Justicia y Caridad, capitaneada por el jeque Abdesalam Yassin, interpreta otra manera de ver el Islam. El portavoz del movimiento, Fatala Arsalán, asegura que su proyecto es 'global' y pretende luchar para obtener el cambio porque "aquí tenemos dos clases sociales: la de las personalidades del Estado, que acaparan todas las riquezas del país y, por otro lado, nuestra clase, la de los pobres".

Al contrario que su rival, Justicia y Caridad no confía en el régimen actual, lo que les ha llevado a no presentarse a las elecciones, en un intento de boicotear las elecciones.

Sin embargo, existe dentro de esta asociación, temida por el 'statu quo' marroquí, un movimiento feminista liderado por Nadia Yassin, hija del jeque Yassin, y que reivindica los derechos de las mujeres según el Islam, como por ejemplo la reforma del Mudawana, el Código la Familia para el Islam. Nadia se ha sentado con YO DONA para contarnos su labor al frente de esta plataforma femenina.

YODONA. ¿Qué significa islamismo feminista?

Tengo que decir que yo no pertenezco oficialmente a este movimiento feminista islamista. Es un concepto que está muy de moda y de ahí la manipulación. Yo estoy haciendo un trabajo que va mucho más lejos que esta historia de un concepto superficial. Yo estoy por los derechos de la mujer, pero yo no soy feminista porque creo que el feminismo tiene una historia que no nos afecta a todos, para nada.

YD. ¿Entonces el feminismo es sólo para las occidentales, no es bueno para las musulmanas?

¡No! Yo no digo que no sea correcto para las occidentales, yo digo que es otra historia. Rechazo la idea de que la historia es lineal y que vosotros nos procedéis en el tiempo y nosotros tenemos que venir a encontraros. Pienso que tenéis una sociedad que ha luchado, que ama la lucha, que la mujer occidental es muy respectada en este sentido, y yo respeto perfectamente ese combate, pero nosotros tenemos otro combate. Yo lucho por la mujer, porque ellas recuperen sus derechos y tengan un estatus de ciudadanas dentro del mundo musulmán, pero yo no soy feminista tal y como lo entiende la gente que se interesa por ese concepto profundamente.

YD. ¿Qué rol juegan las mujeres dentro del movimiento de Justicia y Caridad?
Para nosotros es un rol crucial, muy importante ya que consideramos que el movimiento Justicia y Caridad es una especie de laboratorio de una idea que quiere que la mujer recupere sus derechos, y que los ejerza, que no sea solamente algo teórico. El movimiento aboga por un concepto de igualdad, de justicia... y no hay justicia social si la mujer no está en el centro del movimiento de liberación. Nosotros estamos liberando a la mujer en el seno de otra cultura musulmana gracias a los textos originales. Estamos muy, muy presentes en el movimiento.

YD. ¿Qué valoración haría usted de la situación actual de la mujer marroquí?

Mire, nosotras nunca hemos estado en contra del cambio de la Mudawana, el código de estatuto personal. Estamos plenamente de acuerdo. Ha habido muchas ideas que han apuntado a que nosotros estábamos en contra y ¡no! Pensamos que a nivel de leyes hay un avance, pero se queda en ley ficción. Una ley no tiene ningún valor si no hay una realidad social que la sigue. Lo ideal sería que la ley estuviera adecuada a la realidad social. No es una cuestión de derechos, es una cuestión económica, porque para que una mujer pueda ejercer estos derechos es necesario que tenga una situación económica adecuada a estos cambios.

YD. ¿Por qué hay tanta falta de respeto hacia las mujeres en Marruecos, por qué, por ejemplo, no pueden andar por la calle sin ser molestadas? ¿Cree que esto ocurre en todos los países musulmanes?

Creo que el mundo arabo-musulmán tiene un verdadero problema con la mujer, y eso se debe a que ha habido una usurpación del poder. Es por eso por lo que pienso que es una repetición decir yo soy islamista feminista. En el verdadero Islam la mujer encuentra automáticamente un lugar de elección en la sociedad. Pienso que el profeta, esclavo de la libertad, estableció un dinamismo de liberación para las mujeres y los esclavos, para tener una sociedad más justa. Treinta años después de su muerte hubo una usurpación del poder, instrumentalizaron los textos para decir exactamente lo contrario del lo que éstos dicen y para restablecer el patriarcado que el Islam venía a combatir. El Islam combatió el patriarcado y la autocracia. Cuando el poder ha desnaturalizado nuestros textos, éstos han estado instrumentalizados y se ha hecho que la mujer sea considerada como un ciudadano de segunda clase. Como los esclavos, ella ha quedado una esclava. Por esa razón nosotros tenemos una sociedad arcaica.

YD. ¿Según su opinión cuál es la diferencia entre el rol que juega la mujer occidental y el qué juega la musulmana en la sociedad?

Tenemos historias muy distintas, estamos condicionadas por nuestra sociedad, puede ser que nosotras tengamos otra feminidad, pero la historia occidental, y todo el mundo lo reconoce, es una historia que basa todas sus reglas sociales en el materialismo más absoluto. Es verdad que hay creyentes, sobre todo en España, pero estos individuos están reservados a la intimidad, la sociedad rechaza toda espiritualidad si ésta deviene política o social. Para nosotros, la espiritualidad es algo muy importante. Pensamos que no estamos aquí por un accidente de la historia.

YD. ¿Hay sitio para una marroquí con minifalda en su Marruecos ideal?

Entiendo que me preguntes esto porque hay muchos islamistas que hacen de esta historia del vestido femenino el punto más alto de su combate. Pienso que es la mujer quien tiene que elegir si quiere ponerse el velo o no. En el Corán está claro. Hay un versículo en el que el profeta dice "di a la mujer creyente", es decir, que se trata de un trabajo de creencia, un trabajo de espiritualidad para que el velo las cubra y ser así más púdicas en sus vestidos. Es un comportamiento espiritual para cada mujer, no es una cuestión de imponer el velo a las mujeres. Ahora, la minifalda, si quieres que te diga la verdad, incluso si yo no estuviera cubierta por el velo, incluso si yo estuviera occidentalizada, encuentro que destila demasiada agresividad sexual.

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