Fuente: Luchador Anarquista
Considerando 3º del decreto de Yrigoyen: “Que la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático el magnífico valor de sus guerreros, el ardor de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, la labor de sus menestrales, y derramó sus virtudes sobre la inmensa heredad que integra la nación americana.”
El 12 de octubre se 1492, Colón llegó a América, hecho que condujo a que los países imperialistas europeos colonizaran, torturaran y masacraran a los verdaderos americanos. En Argentina, se fundaron Bs. As. y ciudades cercanas para abastecerla, gobernadas por el Virreinato del Río de la Plata bajo dominio de la Corona Española.
Los españoles, colonizaron gran parte de nuestro país, pero la resistencia valerosa del pueblo indígena en amplias zonas, hizo que los colonizadores no llegaran. Por otro lado, los grandes imperios fueron los primeros en caer, ya que por el tipo de organización profundamente verticalista que tenían, bastaba con derrocar a los grandes jefes y a los grandes jerarcas de la aristocracia para controlar todo, mientras que las tribus que se agrupaban, se dividían o emigraban sin demasiado orden, creaban mayores dificultades para ser dominadas.
En la sociedad virreinal, el indio fue sometido, al principio, a crueles torturas tales como abrirles el cuerpo para ver si tenían alma u obligarlos a convertirse al catolicismo amenazándolos de muerte. La ambición por el oro motivó saqueos violentos y genocidas a sus pueblos, violación de las mujeres y otras atrocidades que solo un pueblo salvaje y sin la más mínima civilización, puede llevar a cabo. Luego, se impuso una sociedad europea que marginaba a los indígenas y los sometía a la explotación y al trabajo forzoso.
Pero el considerando segundo del decreto que proclama el Día de la Raza como fiesta nacional ve al abuso de poder, a la intolerancia, a la masacre y a la rapiña de una forma muy particular, ya que se refiere al 12 de octubre de la siguiente forma: “efemérides tan portentosa, que no queda suscrita al prodigio del descubrimiento, sino que se consolida con la conquista, empresa ésta tan ardua que no tiene término posible de comparación en los anales de todos los pueblos”.
Los gobiernos criollos tampoco consideraron al indígena con las invasiones a sus territorios a fines del siglo XIX. Cabe recordar el mensaje del presidente Nicolás Avellaneda y su ministro de guerra Julio A. Roca a la Cámara de diputados el año 1878: “ ... la población podrá extenderse sobre vastas planicies y los criaderos multiplicarse considerablemente bajo la protección eficaz de la Nación, que sólo entonces podrá llamarse con verdad dueña absoluta de las pampas argentinas [...] En la superficie de quince mil leguas que se trata de conquistar, comprendidas entre los límites del río Negro, los Andes y la actual línea de fronteras, la población indígena que la ocupa, puede estimarse en veinte mil almas [...] El Ministro actual de la guerra ha recorrido personalmente estos lugares y puede asegurase que son inmejorables para la ganadería y aun para la colonización. [...] No hay argentino que no comprenda, en estos momentos en que somos agredidos por las pretensiones chilenas, que debemos tomar posesión real y efectiva de la Patagonia”.
Ésta idea, muestra que Roca era un adelantado para su época, pues después de 46 años, Hitler escribió “Mi Lucha” donde se mostraba su teoría del espacio vital según la cual la raza aria merecía aumentar su territorio por ser una raza superior, muy similar a las justificaciones de la masacre contra los aborígenes que hizo el entonces Ministro de Guerra.
Durante la Primera Guerra Mundial las relaciones entre Argentina y España se basaron en gestos y agasajos mutuos. En este marco puede considerarse la promulgación por parte del gobierno de Yrigoyen del decreto del 4 de octubre de 1917. Este decreto instituyó el 12 de octubre como "Día de la Raza" y declaró ese día como "Fiesta Nacional". En el considerando tercero del decreto dice: “Que la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático el magnífico valor de sus guerreros, el ardor de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, la labor de sus menestrales, y derramó sus virtudes sobre la inmensa heredad que integra la nación americana.” Y en el 4º considerando dice: “Por tanto, siendo eminentemente justo consagrar la festividad de la fecha en homenaje a España (...) debemos afirmar y sancionar el jubiloso reconocimiento”.
Está claro que la festividad tenía que ver con mantener buenas relaciones Internacionales, pero que en nada intentaron revindicar a los pobladores originales del continente americano. La “fiesta” se denomina Día de LA raza, no Día de laS razaS y en el desarrollo del decreto no hace más que elogiar a España, a su cultura, a su religión, a sus ideas, a sus guerreros, elogiando, en fin, a la raza del hombre blanco que vino a invadir. Para colmo, no es la reivindicación de la cultura autóctona, sino la reivindicación de la raza del invasor. Curioso es ver al “caudillo nacional y popular”, al tan reivindicado por quienes cuestionaban a la oligarquía argentina por poner sus ojos en la sociedad francesa y yanqui viendo al gaucho y al indio como un bárbaro, defendiendo a quien nos dominó y sometió en vez de los pueblos autóctonos que resistieron cientos de años heroicamente. ¡Cuánta razón tenía Yrigoyen al decir: "No temo tanto a los de afuera que nos quieren comprar, como a los de adentro que nos quieren vender"!
domingo, 7 de octubre de 2007
12 DE OCTUBRE: ¿DÍA DE LA RAZA O DÍA DEL RACISMO?
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