EL ANDALUCISMO VUELVE A LA ENCRUCIJADA

Fuente: www.ideal.es

EL nacionalismo andaluz vive horas bajas. Los malos resultados en las pasadas elecciones municipales -sobre todo en las capitales de provincia- han hecho saltar las alarmas en el PA de Julián Álvarez. Su 'hermano menor', el PSA, vive en la incertidumbre desde que Pedro Pacheco, su fundador y líder, anunciara su retirada de la política municipal, tras los peores resultados en su ciudad talismán, Jerez de la Frontera.

El andalucismo vuelve a la encrucijada. Sus dirigentes se plantean la refundación entre PA y PSA como el revitalizante que acerque su principal objetivo de cara a los comicios autonómicos de marzo: repetir grupo parlamentario en la Cámara andaluza.

Julián Álvarez concurrirá por Sevilla, provincia en la que, si logran el mismo número de apoyos que en las municipales, tendría un parlamentario.

En Cádiz sería de vital importancia contar con el apoyo del PSA para lograr uno o, en el mejor de los casos, dos diputados autonómicos. Las heridas provocadas por la escisión que dio lugar al PSA y los constantes enfrentamientos entre las direcciones de ambas patas del nacionalismo alcanzaron su cénit durante la campaña del referéndum sobre el Estatuto de Andalucía. Mientra Álvarez pedía el 'no' a la reforma, Pacheco apostaba por el 'sí'.

Generosidad

Retomar el camino se antoja, una cuestión difícil. «Sí existe la posibilidad de fusionar el PA con el PSA, pero esto debe conllevar generosidad por parte de todo el mundo, y la dirección nacional del PA va a ser generosa», explica Manuel Lazpiur, secretario de Comunicación del PA.

El principal escollo puede ser el papel que jugaría Pedro Pacheco en esta nueva 'refundación' andalucista. «Pedro Pacheco es un político con una amplía trayectoria que puede apoyar esta unidad pero, desde luego, no puede liderar el nuevo andalucismo», insiste Lazpiur.

La dirección del PA asume con normalidad la máxima de que el nacionalismo andaluz no es patrimonio de su organización, por lo que quieren abrir el partido a todos los colectivos y asociaciones que compartan la idea de la necesidad de una formación que no tenga miedo, resaltan, a ir contracorriente y que sea capaz de decir que 'no' a un Estatuto apoyado por el resto de partidos. «Cada día se demuestra, como nosotros decíamos, que es un articulado inferior al catalán», comenta el dirigente andalucista.

En el PA sostienen que existen razones objetivas para mantener las tesis del andalucismo en el siglo XXI. Consideran, además, que la lucha que inició Blas Infante por preservar las señas de identidad de Andalucía debe seguir vigente en la actualidad

Sin cuestionar España

El PA no se cuestiona España. Lo que persigue es que Andalucía alcance el mismo nivel de desarrollo que la media de España. Consideran paradójico que otros movimientos nacionalistas que sí cuestionan la unidad del país -como los vascos, catalanes o gallegos- logren con su estrategia un mayor poder político y económico para sus comunidades autónomas que Andalucía.

Los responsables del PA asumen que han cometido errores en el pasado pero destacan que su principal contribución ha sido la de mantener viva la llama del andalucismo durante 30 años; participar en el gobierno autonómico durante ocho años y tener presencia en el Congreso de los Diputados durante cuatro legislaturas.

La próxima cita electoral la afrontan con escasez de recursos económicos y con un jefe de filas que apenas lleva tres años en primera línea de la política andaluza, por lo que su grado de conocimiento entre la población andaluza dista de ser el satisfactorio.

Mantienen el ánimo y las ganas de trabajar pese a los que le auguran que se van a convertir en una fuerza extraparlamentaria. Se consideran necesarios en una sociedad que tiende a un bipartidismo que potencia más las siglas que las necesidades de los ciudadanos andaluces.