sábado, 2 de diciembre de 2006

EL MADRILEÑO, EL MURCIANO Y EL ESTATUTO ANDALUZ


Rafael M.Martos
Director 'Diario de Almeria'

El Manifiesto andalucista de Córdoba describió a Andalucía como realidad nacional en 1919, cuyo espíritu los andaluces encauzaron plenamente a través del proceso de autogobierno recogido en nuestra Carta Magna".
Ese es el texto que aparecerá en el Estatuto andaluz tras el pacto del tripartito andaluz: PSOE-IU-PP. Es sin duda triste para los andaluces que la definición de Andalucía la pacten un socialista madrileño (Diego López Garrido) y un "pepero" murciano (Federico Trillo). Ellos, que no son andaluces, han dejado negro sobre blanco un elemento clave para el futuro político de Andalucía ¿Pero saben realmente qué han firmado?

Veamos en qué consiste ese espíritu al que se acogen el madrileño y el murciano para decir qué sentimos los andaluces. Un repaso al llamado "Manifiesto de la nacionalidad" lo dejará claro.
Lo primero es que Blas Infante y el resto de firmantes del Manifiesto se adelantaron a la actualidad al asegurar que:
En todas las regiones o nacionalidades peninsulares, se observa un incontrastable movimiento de repulsión hacia el Estado centralista.
Por entonces ya había el mismo problema con las comparaciones con Cataluña y se reclama:
1º. Que, al reformar la Constitución española en sentido autonómico, no se prive de este derecho a la región andaluza, a la cual deberá otorgársele una soberanía de igual intensidad a la solicitada por la Mancomunidad catalana, en su mensaje último al Gobierno.
Por lo que entienden que:
Andalucía quedará sola. Las demás nacionalidades van afirmándose y Andalucía se verá también en la necesidad de vivir por sí; es decir, de procurar su propia vida y progreso, si no quiere ser vilipendiada más que lo fuera hasta ahora.
Pero entrando en el fondo, aseguran que Andalucía es distinta a España:
Lo es también porque naturaleza y la historia hicieron de ella una distinción en el territorio hispánico. Lo es tambien porque, lo mismo en España que en el extranjero, se le señala como un territorio y un pueblo diferente.
Otra más de distinciones:
Andalucía no rie: llora. Los españoles no lo ven; los extranjeros sí
.
Pero hay más espíritu en ese Manifiesto:
Rechacemos la representación de un Estado que nos deshonra, sosteniendo regímenes arcaicos y feudales en todos los órdenes de la Administración: en la Hacienda, en la Enseñanza, en la Justicia; Poderes que mantienen Códigos sancionadores de bárbaras costumbres privadas, por los cuales la sociedad salvaje de este territorio ejerce una tiranía espiritual mil veces peor que la económica y que la política, sobre los hombres cultos que se preguntan si este país es una patria o un establo.
Y un ejemplo más de que el murciano y el madrileño no tienen ni idea de que han firmado ellos como "espíritu" de las reivindicaciones autonomistas andaluzas:
Declarémonos separatistas de este Estado que, con relación a individuos y pueblos, conculca sin freno los fueros de justicia y del interés y, sobre todo, los sagrados fueros de la libertad; de ese Estado que nos descalifica ante nuestra propia conciencia y ante la conciencia de los pueblos extranjeros.
Contra los estereotipos de siempre:
Mienten quienes digan que Andalucía rie. La risa de Andalucía es la mueca del genio enloquecido por el martirio, debilitado por el hambre; de un genio que tuvo y tiene por fondo un optimismo creador; una santa alegría de vivir, caricaturizado hoy por una larga tragedia de miseria y sufrimiento.
En fin, confiemos en que realmente ese sea el espíritu de los andaluces, tal como ellos recogen en este resumen:
Nosotros, por esto, estamos fundidos con aquella expresión de la Asamblea Regionalista de Ronda que proclamó a Andalucía como una realidad nacional, como una patria (patria es un grupo humano que siente las mismas necesidades y ha de trabajar por satisfacerlas en común), como una patria viva en nuestras conciencias.

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