martes, 12 de diciembre de 2006

LA FABRICA DE LAS MENTIRAS


Ramón Ángel Romero

Este artículo fue publicado el 2 de febrero de 2004.

La célula. Así llamaban a una unidad secreta del Pentágono creada poco después del 11-S y cuya finalidad era fabricar las pruebas necesarias que justificaran la invasión de Irak. Al frente se encontraba un halcón neoconservador que purgo todas las escalas de los servicios secretos con el objetivo de situar en ellos a elementos proclives a la ideología neo-fascista que se encuentra instalada en la Casa Blanca. David Wurmser, hombre de confianza del subsecretarios de defensa Paúl Wolfowitz (ahora director del Banco Mundial), era el elegido para dirigir esta Fabrica de Mentiras.
A juicio del alférez Karen Kwiatowski, que vivió los entresijos de La Célula y los preparativos de la guerra desde la Oficina de Oriente Medio y Surasia (NESA) del Pentágono, " aquello no era una oficina de inteligencia, sino de propaganda, cogían una información de aquí, otra de allá, hacían que sonara como algo excitante y amenazante...Funcionaba como una maquinaria muy organizada: gente al servicio de la agenda neoconservadora, como si tuvieran desde el principio una misión muy concreta".
Pero esta maquina propagandista, no hubiera tenido su relativo éxito, si la voluntad política no hubiera estado predispuesta a una invasión cuyos objetivos reales se muestran al mundo actualmente y en toda su crudeza.
"Si estábamos buscando las ADM, que fue la razón principal por lo que España actuó, y no se encuentran, todo se pondría en tela de juicio". Palabras de Inocencio Arias, a la sazón embajador en Naciones Unidas, el 8 de agosto de 2003. Tras la pertinente llamada de atención desde Moncloa, el español se lo pensó mejor y soltó el famoso "no hay mal que por bien no venga, sino se encuentran las armas pero en Irak se impone un régimen democrático mas o menos estable". Objetivo que si bien le sirvió para salir medianamente airoso, el tiempo ha demostrado que Irak se encamina hacia un régimen Islámico de corte Iraní..

Más prudente fue Tony Blair, que admitió desde un principio que tal vez las armas nunca se encontraran. Descubierto el pastel en su país, la forma fraudulenta de manipular las supuestas pruebas, manifestó el premier británico que " la historia nos perdonara al haber acabado con la amenaza terrorista". De nuevo se demuestra que la mentira tiene patas cortas. El mismo presidente estadounidense admite ahora que no existen pruebas que relacionen a Sadam con la organización Al-Qaeda de Bin Laden.
Su buen amigo José Maria Aznar manifestó hasta el cansancio que esas armas serian encontradas. Aznar se ratificaba en la carta que firmo junto a otros siete mandatarios europeos el 30 de enero de 2003, en la que se hablaba de la necesidad de "liberar al mundo del peligro que supone que Sadam Hussein tenga este tipo de armas". Asimismo manifestaba con énfasis " decir que Irak cuenta con armas de destrucción masiva no forma parte del terreno de la fantasía", asumiendo como propias las pruebas fabricadas por La Célula y los Servicios Secretos Británicos, que finalmente se ha demostrado son un fraude histórico. El proclive presidente español fue mas allá cuando manifestaba en el congreso de los diputados que "respecto al programa de armas nucleares, Irak ha intentado reiteradamente adquirir tubos de aluminio de alta calidad, aptos para enriquecer Uranio", atribuyendo erróneamente la información a los expertos de Hans Blix cuando en realidad la había suministrado Washington desde su particular fabrica. Mohamed el Baradei, (OIEA), zanjo ese tema el 7 de marzo de 2003, al afirmar ante el consejo de seguridad que esas acusaciones eran "totalmente infundadas".
Pero para esperpento, el protagonizado por la ministra de exteriores española, Ana Palacio. Todavía resuenan las carcajadas en todo el orbe cuando manifestaba que " la existencia de dichas armas estaba demostrada desde antes del inicio de la guerra", y que esos mismos días se habían encontrado algunas "en pozos cavados en medio del desierto". Las armas a las que aludía la ministra no resultaron ser tales, y tampoco laboratorios móviles para fabricar ADM. Los expertos de la Agencia de Inteligencia del Pentágono concluyeron que se trataba de camiones destinados a la producción de hidrogeno para globos meteorológicos. Palacio recomendó entonces esperar a ver que pasaba porque "Irak es un país muy grande". Mas patetismo imposible.
Casi a la altura de la ministra española, se puso su buen y admirado amigo Donald Rumsfeld. Este se cubrió bien las espaldas al afirmar que posiblemente las armas hubieran sido trasladadas a otro país, insinuando que Siria pudo ser la estación termino. El gobierno de Damasco respondió proponiendo en el Consejo de Seguridad un proyecto de resolución para que todo Oriente Medio fuera declarado zona sin ADM. Evidentemente EE.UU impidió que esa propuesta prosperara debido al arsenal con que cuenta Israel, país que no ha firmado el conjunto de tratados y convenciones internacionales sobre armas de destrucción masiva.
Y finalmente llega el desenlace a toda esta gran mentira urdida en torno al deseado petróleo iraquí.
David Kay, experto en ADM, sostuvo ante el Comité de Inteligencia del Senado, que "fue un error pensar que Bagdad tenia armas químicas y bacteriológicas". Puesto por George W. Bush al frente de 1500 inspectores, con sofisticados medios de búsqueda para encontrar unas armas que demostraran al mundo que EE.UU. y sus aliados tenían razón, termino dimitiendo de su puesto y declarando: "Estábamos todos equivocados, algo que resulta inquietante". Este jefe de inspectores termino pidiendo que se investigara a la CIA por los informes que presento al gobierno y que fueron utilizados como argumento clave para lanzar la guerra.
Las conclusiones de Kay suponen un duro golpe para Bush y Blair, pero Aznar no se da por aludido. Ana Palacio, autentica para golpes , manifestó al respecto que en el caso del gobierno de España, no se le podía acusar de haber inflado nada. Tiene razón la ministra. El gobierno español se limito a traducir al castellano las alarmantes acusaciones de George W. Bush y Tony Blair, este ultimo escapado por los pelos en el juicio por el caso Kelly.
Se evidencia el gigantesco montaje político, mediático y chantajista a múltiples niveles, desarrollado por la administración Bush, sometiendo a la comunidad internacional a presiones de toda índole, saltándose final y unilateralmente la legalidad vigente, provocando una guerra sin justificación, miles de muertos, la destrucción total de un país, que dejado sin estructuras sociales tras la guerra, se enfrenta a un tenebroso y violento futuro.
La confabulación ha saltado por los aires. La Célula monto un entramado descomunal para conducir al mundo a la actual situación de guerra permanente y desestabilización sin precedentes en Oriente Medio, todo por el negocio petrolero. Alguien debe sentarse en el banquillo de los acusados.

Fuente: Rebelión

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