jueves, 30 de agosto de 2007

AZNAR E 'IBN HAZM DE CORDOBA'


Por: Martinez Soler

Fuente: Blogs.20minutos.es

Mi maestro de árabe clásico solía darnos ricos matices al traducir Al taqiyya al castellano.

Pese a tener una importancia capital en la historia de España (y de la Inquisición),
La primera vez que leí acerca de la práctica de la taqiyya fue en la versión maravillosa de "El collar de la paloma" de Ibn Hazm de Córdoba (siglo XI) hecha por el gran maestro don Emilio García Gómez, con prólogo de Ortega y Gasset.

Frente a las persecuciones del Inquisición, muchos de nuestros antepasados de Al Andalus salvaron el pellejo gracias al recurso oportunísimo de la taqiyya, la simulación o el encubrimiento.

Los ulemas del Islam les permitían decir que eran convencidos cristianos, y lo demostraban con sus piadosas prácticas, siempre que en el interior de su corazón se sintieran verdaderos musulmanes.

En la hermosa Introducción que hace don Emilio a El collar de la paloma escribe lo siguiente:

"(...) en respuesta a una consulta sobre la conducta que había que seguir entre los dos escollos de ser cómplices de la inmoralidad e impiedad de los príncipes o víctimas de su persecución, Ibn Hazm, tras la crítica más mordaz de la política de sus contemporáneos, aconseja la "taqiyya" o simulación (lícita siempre en el Islam), (...)"

De la belleza y finura del cordobés (casi almeriense) Ibn Hazm (a quien tanto debe el arcipreste de Hita) pasamos de golpe a esta página que nos ofrece El País sobre las barbaridades y vulgaridades que va diciendo por ahí el lenguaraz ex presidente del Gobierno José María Aznar para deshonra de su partido.

¡Qué sabrá este hombre de Al Andalus!

Aznar, tan amante de la censura y perseguidor de periodistas (y lo digo por experiencia), debería leer "El collar de la paloma".

Don Emilio nos recuerda:

"Mu´tadid de Sevilla (1042-1069) era tan impío, cruel y sanguinario como su émulo de Granada, e Ibn Hazam debió dedicarle idénticos dicterios. Ignoramos, desgraciadamente, la fecha; pero el caso es que el régulo sevillano, que no se paraba en barras, ordenó hacer un auto de fe con los libros de Abu Muhammad ´Alí (Ibn Hazm), que fueron desgarrados y entregados a la hoguera. Fue entonces cuando Ibn Hazm compuso aquellos famosos versos que recogen casi todos sus biógrafos, y que empiezan:

"Aunque queméis el papel, no podréis quemar
lo que encierra, porque lo llevo en mi pecho..."

En un arrebato patriotero, este pobre Aznar nos dice lo siguiente:

"Muchos claman al Papa para que pida disculpas. Yo no he oído a ningún musulmán pedirme a mí disculpas por haber conquistado España. ¡Nunca!"
Si leyera a los españoles de España, de Al Andalus o de Sefarad podría recibir algunas lecciones de auténtico patriotismo. Dice don Emilio García Gómez:

(...) puede además asociarse la soberbia española, que dictó a Ibn Hazam aquel arrogante verso que algunas veces he tomado como símbolo del islam andaluz:
"Yo soy el sol que brilla en el cielo de las ciencias;
mas mi defecto es que mi oriente el es Occidente"

Ahí queda eso, señor Aznar.

Buenas noches.

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