martes, 16 de enero de 2007

EL EMBARGO: Gabriel y Galán


Hola, amigos/as:

Pues la verdad es que no sé como iniciar el año... quisiera contaros tantas cosas, que tiempo y coherencia me faltan para ser capaz de contarlas... así que aprovechando los encuentros navideños con la familia, os remito un poema del ilustre Gabriel y Galán (El embargo) en boca del poeta almeriense W.Sader, de quien tengo la honra de ser hijo carnal, hijo espiritual y amigo.

Que Uds. disfruten del poema de la mano honrosa de quien lo escribió y de la voz llena de sentimiento de quien para Uds. lo recita.

El poema: Como consta en la letra abajo copiada desde la web http://ab.dip-caceres.org/gabriel/voz/embargo.htm versa el mismo sobre la dolorosa situación de un marido que ha perdido a su amada esposa y que se enfrenta en un juzgado al infame embargo de sus bienes, y hablado en extremo castizo.

El recitador: A sus 74 años de historia viva, el almeriense W. Sader continúa con su alma de niño y con su memoria llena de poemas, ingenuidad y plenitud (el presente archivo goza del permiso para su reproducción por parte del vocalizador).

- Por un encuentro entre los pueblos –

SE PRECISAN ALTAVOCES para escuchar este archivo WAV - (archivo adjunto).

El embargo

Señol jues, pasi usté más alanti

y que entrin tos esos.

No le dé a usté ansia

no le dé a usté mieo...

Si venís antiayel a afligila

sos tumbo a la puerta. ¡Pero ya s'ha muerto!

Embargal, embargal los avíos,

que aquí no hay dinero:

lo he gastao en comías pa ella

y en boticas que no le sirvieron;

y eso que me quea,

porque no me dio tiempo a vendello,

ya me está sobrando,

ya me está jediendo.

Embargal esi sacho de pico,

y esas jocis clavás en el techo,

y esa segureja

y ese cacho e liendro...

¡Jerramientas, que no quedi una!

¿Ya pa qué las quiero?

Si tuviá que ganalo pa ella,

¡cualisquiá me quitaba a mí eso!

Pero ya no quio vel esi sacho,

ni esas jocis clavás en el techo,

ni esa segureja

ni ese cacho e liendro...

¡Pero a vel, señol jues: cuidaíto

si alguno de esos

es osao de tocali a esa cama

ondi ella s'ha muerto:

la camita ondi yo la he querío

cuando dambos estábamos güenos;

la camita ondi yo la he cuidiau,

la camita ondi estuvo su cuerpo

cuatro mesis vivo

y una noche muerto!...

Señol jues: que nenguno sea osao

de tocali a esa cama ni un pelo,

porque aquí lo jinco

delanti usté mesmo.

Lleváisoslo todu,

todu, menus eso,

que esas mantas tienin

suol de su cuerpo...

¡y me güelin, me güelin a ella

ca ves que las güelo!...


Jesús M. Contreras

INDALO DE OZ. TERRITORIO, ETNOGRAFIA Y CIENCIA

- Almería -

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