jueves, 10 de mayo de 2007

DEMOCRACIA TYPICAL SPANISH


por Óscar Gómez Mera


En las pasadas elecciones al parlamento europeo de 2004 se me quitaron las pocas ganas de votar que ya tenía cada vez que se da cita un proceso electoral. En dicho cónclave decidí votar a una candidatura que llevaba por nombre “Por una Europa de los trabajadores y los pueblos. No a la Constitución Europea”. Cuál fue mi sorpresa cuando al acercarme al colegio electoral, una vez cerrado éste y realizado el recuento de votos, para interesarme por el resultado, compruebo que la candidatura por la que había votado no había obtenido sufragio alguno. ¿Cómo es posible?, me pregunté. Pues, seguramente, no cuadrarían el número de votantes y el de votos y en vez de eliminar un voto nulo o en blanco, como se ha hecho alguna vez que me ha tocado asistir de interventor a la mesa electoral, se optó por eliminar el voto de esa candidatura tan rara que no iba a ser decisivo para elegir europarlamentario alguno.
Vaya por delante que aquellas elecciones europeas no fueron democráticas en el Reino de España. Y no porque no se contabilizase mi voto, qué va, sino por el hecho de que se le impidió participar a Herritarren Zerrenda, la lista de la izquierda abertzale, con la excusa de cumplir a rajatabla la fascista Ley de Partidos.
Parece que no ha mejorado mucho la cosa en estos años, ya que las próximas elecciones municipales no habrán de ser más democráticas que las europeas. El Tribunal Superior acaba de anular todas las listas con las que pretendía concurrir la izquierda abertzale y un gran número de las que el partido Acción Nacionalista Vasca (EAE-ANV) había presentado para participar en ellas. Partido, Acción Nacionalista Vasca, que existe desde 1930 y que en sus estatutos condena la violencia.
La antidemocrática Ley de Partidos nacía de la mano del PP y del PSOE para vetar a Batasuna el acceso a las instituciones. Se le pedía a la izquierda abertzale que para concurrir a los procesos electorales debía condenar la violencia. Desde el alto el fuego decretado por ETA en marzo de 2006, la izquierda abertzale ha insistido en numerosas ocasiones en que apuesta por una resolución democrática del conflicto y por vías no violentas. Se demuestra así la falta de democracia y de libertades que se dan por parte del Estado español a toda persona o colectivo que se atreva a desafiar el orden establecido. La anulación de las listas abertzales es un claro ejemplo de ello. Se alega que están “contaminadas” por elementos de Batasuna, que en las listas concurren personas o familiares que anteriormente lo hicieron por Batasuna, EH o HB. ¿Y qué?, me pregunto. ¿No era requisito sine qua non la condena expresa de la violencia? La izquierda abertzale y ANV lo han hecho.
El sistema político surgido tras la transición se muestra tal y como es. Si hasta ahora nos parecía que vivíamos en una democracia porque votábamos, podemos comprobar que no es así. El sistema monárquico capitalista se despoja de caretas y se muestra en todo su esplendor. El talante de ZP y el supuesto progresismo del PSOE, puro maquillaje.
Al resto de los españoles que no viven en Euskal Herria les puede pillar todo esto como lejos o antojárseles ajeno. No debería ser así. Al arriba firmante le afecta. No por abertzale, ya que no me tiene Batasuna ni entre sus miembros ni entre sus votantes, pero sí por demócrata y por ciudadano español. Hoy es la izquierda abertzale la reprimida bajo el discurso peperil de “todo es ETA”. Mañana puede ser un partido andaluz por reivindicar la República Federal y enarbolar banderas tricolores, o un sindicato asturiano por manifestarse contra la desindustrialización (recordemos a Cándido y Morala), o una joven catalana por reivindicar la anarquía (Nuria Pórtulas). ¿Mañana? ¿O quizás ya es hoy?

No hay comentarios: