Por: José Manuel de Molina
Fuente: ADN
Gaspar Alonso Pérez de Guzmán, IX Duque de Medina Sidonia encabezó una conspiración destinada a proclamarle Rey de Andalucia en 1641, sin embargo fracasó en el intento.
Hijo del duque Juan Manuel Domingo al que heredó en 1636 a la edad de 33 años y casado con su tía Ana de Guzmán, el duque de Medina Sidonia, descendiente del famoso héroe de Tarifa Guzmán el Bueno, era cabeza de una de las más poderosas familias de Andalucía, los Guzmanes, aunque su extenso señorío con villas como Sanlúcar de Barrameda, Niebla y Medina Sidonia pasaba por una crítica situación financiera ya que sobre la enorme fortuna ducal pesaban elevadas cargas e hipotecas agravadas por la visita real al coto de Doñana en 1624 y las contribuciones crecientes que exigía el Rey de España
Al asumir la jefatura de la casa ducal también asumió otros cargos vinculados como el de Capitán General de la Mar Océana y Costas de Andalucía (desde el Guadiana a Gibraltar), y por ello al producirse la rebelión de Evora y Algarve portugués en 1637 (entonces bajo dominio español), el duque dirije las operaciones militares para controlar la zona auxiliado por su cuñado el Duque de Braganza (casado con su hermana Luisa de Guzmán), y por su primo Francisco Antonio de Guzmán y Zuñiga, Marqués de Ayamonte.
Poco después esta relación familiar será fundamental para el desarrollo de la conspiración pues cuando ante la crisis económica y político-militar del Imperio Español, se rebelan Cataluña, Portugal y luego Nápoles, Sicilia y otras posesiones, el Duque de Medina Sidonia, tentado por su cuñado que acaba de ser proclamado Rey de Portugal como Juan IV, decide encabezar la rebelión independentista de los reinos andaluces de Sevilla, Córdoba, Jaén y Granada contra el rey Felipe IV contando con el apoyo de Portugal, Holanda y Francia, entonces en guerra con España.
Gaspar Alonso de Medina Sidonia recibe ordenes de marchar sobre Portugal con el ejército bajo su mando y con el que debía reclutar hasta 10.000 hombres, sin embargo, desde su cuartel general en Ayamonte tarda mucho en organizarlo, incluso rechaza los hombres ofrecidos por las autoridades sevillanas aceptando sólo una pequeña tropa para defender la frontera.
Esta inactividad llega incluso a no ayudar un movimiento españolista en Portugal al que según algunas fuentes, delató al rey portugués.
En Madrid las sospechas sobre la conspiración andaluza se confirman cuando se intercepta una carta entre Medina-Sidonia y el Marqués de Ayamonte, así como informadores en Portugal afirmaban la inminencia de la rebelión andaluza. El valido del rey Felipe IV, el ambicioso y controvertido personaje Conde-Duque de Olivares, que además era tío del Duque de Medina Sidonia, mandó llamar a los conspiradores a la Corte, el de Medina intentó antes de presentarse que su consuegro el Duque de Arcos, su suegra la Marquesa de Priego así como el Obispo de Jaén y el Duque del Infantado le apoyaran, pero éstos se negaron a participar en una empresa ya perdida y así por esta falta de apoyo de la nobleza, y ante el hecho que no se rebelaran las masas populares pese a que se contaba supuestamente con el apoyo de Sevilla y Jerez y con el malestar del pueblo, y la no llegada de las prometidas flotas holandesa y francesa, le hacen fracasar.
Medina-Sidonia viéndose perdido y engañado por la actitud de Olivares que le hizo creer que usaría toda su influencia y poder para salvar su vida, casa y honra, acude a Madrid y ante notario confiesa culpando a Ayamonte y negando toda intención de proclamarse rey de Andalucía. (el Marqués de Ayamonte fue apresado, sus bienes confiscados y finalmente ajusticiado en el alcázar de Segovia en 1648).
Por su alto rango y fortuna el rey Felipe IV perdonó la vida a Alonso de Medina Sidonia aunque a cambio perdió la rica villa de Sanlúcar y pagó una multa de doscientos mil ducados como "donativo" al rey.
Humillado, Medina Sidonia fue obligado a retar a su cuñado el rey de Portugal a un combate en la frontera cerca de Valencia de Alcántara en un intento por lavar su imagen, pero Juan IV no acudió a la cita tras ochenta días de espera (entre el 1 de octubre y el 19 de diciembre de 1641).
Su hijo Alonso lograría recobrar el nombre familiar al servicio del Rey como marino, aunque siempre lejos de Andalucía (gobernador de la provincia de Cuzco en Perú, capitán general de las galeras de Cerdeña y posteriormente virrey de Valencia).
Luisa Isabel Alvarez de Toledo, descendiente directa del duque y actualmente titular del ducado de Medina Sidonia, da una versión completamente distinta en su confuso y mal expuesto libro sobre la conspiracion:
Acusa al Conde Duque de Olivares de manipular al Rey y hacer ver a su antepasado como un traidor debido a los celos que en Olivares provocaba la gran fortuna y nobleza de la casa ducal, esta envidia y ambición del valido del rey Felipe IV no parará hasta ver humillado y prácticamente desahuciado al de Medina, así explica con todo lujo de detalles que si nunca se atacó a Portugal no fue por pacto sino por la debilidad del ejército español en la frontera de Huelva ya que dice sólo llegó a 3.000 hombres en alguna ocasión. Responsabiliza al Marqués de Ayamonte de la conspiración aunque da una débil explicación del por qué el Duque de Medina Sidonia confiesa su participación en la conspiración.
Andalucía, que protagonizó numerosos motines entre 1647 y 1652, no supo aprovechar la ocasión de 1641 para sentar las bases de una nueva era por la falta de un espíritu común en el pueblo y por su nobleza latifundista e individualista que reprimía cualquier revuelta.
BIBLIOGRAFIA:
CALVO POYATO, JOSE. La Conspiración de Medina Sidonia: Ed. Informacion y Revistas S.A. Historia 16 nº 170. Madrid 1990
ALVAREZ DE TOLEDO, LUISA ISABEL. Historia de una conjura. Ed. Diputación Provincial de Cádiz. Jerez 1985
DE CASTRO, ADOLFO. Historia de Cádiz y su Provincia. Ed. Diputación Provincial de Cádiz Cádiz 1985 reeditando el original publicado en 1858.
HISTORIA DE ESPAÑA ILUSTRADA: Ed. Ramón Sopena. 1968
jueves, 19 de julio de 2007
ALONSO DE MEDINA SIDONIA. REY DE ANDALUCIA EN 1641.
Publicado por IDENTIDAD ANDALUZA en 11:45:00
Etiquetas: Andalucia: La otra historia.
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