Por: Aben Humeya
Fuente: Revandalus
La Republica Española, de trabajadores o no, es la genial impostura de quienes todavía no conocen la causa y la realidad andaluza, ni su historia ni las ideas revolucionarias que dicen defender. Es un excelente camino para principiantes y para enemigos de Andalucía y su Liberación, y por ende, contra su Pueblo, contra nosotros mismos, contra la estrategia independentista del MLNA en un estado de opresión y negación de nuestros derechos nacionales y sociales. Pero este camino, es la renovación del contrato de esclavitud y subordinación al Estado Español. Es el fracaso de Andalucía y del resto de pueblos. Es la anti-solidaridad y el anti-internacionalismo por excelencia. El internacionalismo se da de hecho en la práctica cotidiana, pedagógica, política, social…de los movimientos de liberación nacional desde siempre, un hecho político y revolucionario bastante maduro y a la altura de la situación y coyuntura histórica que vivimos. Y no da crédito ni lo puede dar a los fijistas políticos (republicanos españoles) que parecen que no viven mas que para estar obsesionados con unir a los pueblos y sus luchas autónomas e independientes bajo una estructura de orden español, repitiendo así el esquema básico de los imperialismos en esta zona geográfica de la península (sometimiento de los pueblos conquistados bajo una estructura española) y de otras latitudes mundiales. Ese fijismo es un obstáculo para la liberación nacional de los pueblos y lo llamo fijismo por su mesianismo indiscutible y sagrado de que toda estrategia social y nacional de los pueblos sometidos por España sale de “algo” español, este caso la republica española. Ya Lenin lo advirtió no solo en sus escritos sobre liberación nacional sino en su obra “El izquierdismo: enfermedad infantil del comunismo”. Debido al grado de información a la que ya se puede acceder, seguir defendiendo los conceptos y basamientos y por supuesto la construcción histórica de su “España”, supone una aberración no sólo de los ideales comunistas y revolucionarios, sino de todo derecho humano y moralidad.
Andalucía no debe esperar a su liberación de manos de ninguna estructura de orden español, sea cual sea el régimen que se le quiera adscribir. Que la liberación nacional y social de Andalucía venga de manos de una republica española, retrasa e impide de facto tanto la liberación nacional y social de Andalucía, como el primer paso que debe dar el pueblo andaluz hacia ésta: la toma de conciencia del Pueblo Andaluz de sus condiciones de existencia, de su alienación actual e histórica (ambas igualmente de origen español), de sus Cultura, de su historia, de su identidad nacional.
El Estado Español es una superestructura imperialista y capitalista, que nace de las sucesivas conquistas de los reinos mesetarios peninsulares y del Norte europeo. La Historia demuestra que ningún pueblo puede esperar nada de sus opresores, ha demostrado también que en condiciones de opresión política, social, cultural…es el mismo pueblo quien debe volver a ganar su libertad. Fijémonos en Vietnam, en Vietnam no se podía esperar a pasar por fases de desarrollo capitalista para llegar a la fase del socialismo hacia la sociedad comunista posteriormente, ¡la estaban conquistando! Primero los franceses y luego los yankis. No era cuestión de posibilismos, era cuestión de orgullo, dignidad y patriotismo. Quiere esto decir que no se necesita que haya una estructura estatal por encima de las clases nacionales y populares de los pueblos, de las naciones sin estado oprimidas por España. Que no de se debe esperar a que actúen otros pueblos para levantarse un mismo pueblo. Levantamientos como el cubano, así lo muestran. Que no vale la pena luchar por algo a lo que se combate, darle vida al Estado español, un estado nacido de la negación de los pueblos por sometimiento militar y conquista y basado en todo lo anterior. Querer maquillarlo de socialismo, a un estado opresor, a parte de ser algo contrarrevolucionario es anti-andaluz y contrario a la solidaridad real y efectiva entre pueblos, una solidaridad revolucionaria que jamás podrá ser mercantilizada por la legalidad burguesa e imperialista española. ¿Quién se hubiese imaginado o apoyado que Lenin y los bolcheviques hubiesen construido una Rusia socialista a partir de las estructuras zaristas y no de la revolución? Todo lo español, sea monárquico o republicano, es heredero del viejo imperio y de sus actuales colonias nunca descolonizadas (Andalucía la primera entre ellas), es heredero y continuador del orden imperial, por eso resulta tan repugnante que haya gente de izquierdas que pueda negar la esencia del estado español. Serán gente que tenga una cierta opinión o que sientan cierta parte del programa comunista y revolucionario, o anarquista si se quiere también, pero jamás serán hombres que hayan investigado mas allá de lo que su comprensión sin datos le informa, gente que sigue sin informarse y muchas veces sin querer informarse de la totalidad del programa comunista y mas en cuestiones esenciales y primordiales como la cuestión nacional que determina de facto la lucha de clases y la resolución de ésta propuesta por los revolucionarios. Gente que sigue siendo en la cuestión nacional en el estado español unos peones mas del imperialismo apoyando por acción u omisión, a la reacción en ese aspecto primordial para la liberación de los pueblos, ayer y hoy.
Claro que sería preferible que una Republica española concediera de una vez la autodeterminación y acabara con toda tutela a una Monarquía fascista como la de ahora, y ya lo prefirió Marx por ejemplo con Irlanda e Inglaterra, pero esa no es la lucha por al liberación de los pueblos, ni esa es la realidad, porque de aquí a que el Estado Español sea una Republica los andaluces habremos perdido mas de medio siglo seguro de proclamar la nuestra, la República Andaluza. Tanto Marx como Lenin, como la misma historia y realidad muestra, llegaron a la conclusión de que aun prefiriendo una federación con el estado opresor, eso no cambiaría radicalmente las estructuras de esa misma opresión ni de ese mismo estado opresor. En situaciones de opresión nacional y por tanto social también, ser revolucionarios es ser independentistas. La clase obrera andaluza no necesita una estructura de orden español para relacionarse cordial y solidariamente con la otra clase obrera de castilla, Cataluña, Euskal Herria, Asturias o cualquier pueblo del mundo. Lo mismo pasa a la inversa. Mas al contrario, si se quiere que haya una relación de libertad y fecundidad entre pueblos, esto solo podrá venir de la mano de la libertad e independencia de esos mismos pueblos. No puede decidir ni construir quien esta tutelado y sometido, privado de voz. Esto que vale para los individuos, vale también y mucho, para los pueblos. No habrá solidaridad ni internacionalismo entre pueblos mientras no haya independencia ni socialismo, solo entonces el hombre caminara firme y decididamente por caminos de liberación, único destino coherente que podría tener la vida de la humanidad.
miércoles, 18 de julio de 2007
LA GENIAL IMPOSTURA
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